

Andrés Hurtado, conocido como ‘Chibolín’, está en la mira de la justicia peruana. El presentador de televisión enfrenta una posible condena de hasta 35 años de prisión por su presunta participación en delitos graves como lavado de activos, tráfico de influencias y la supuesta lideranza de una organización criminal. Las acusaciones, según las investigaciones preliminares, lo vinculan con jueces, fiscales y funcionarios públicos.
Hurtado permanece bajo detención preliminar en la Prefectura de Lima, mientras continúan las investigaciones que podrían llevar a la prisión preventiva. Según la abogada penalista Romy Chang, si se le comprueban todas las acusaciones, las penas sumarían décadas de cárcel.
"Son tres imputaciones serias", dijo Chang en una entrevista, "lavado de activos podría añadir 15 años más, y tráfico de influencias otros cuatro años, acumulándose hasta el tope de 35 años de cárcel." La situación se agrava si se confirma su papel como líder de una red criminal, lo que cambiaría completamente el panorama legal para el presentador.
Existe una posibilidad para que ‘Chibolín’ reduzca su pena: convertirse en colaborador eficaz, aportando información clave con pruebas sólidas que ayuden al caso. Sin embargo, según Chang, el fiscal podría considerar que la información ofrecida por Hurtado no sea relevante, dado que ya existe un colaborador eficaz en este proceso: Iván Siucho.
En un giro sorprendente, algunos opinan que Andrés Hurtado podría estar utilizando una estrategia para evadir la justicia. La conductora Gigi Mitre insinuó que la actitud incoherente que ha mostrado en público podría ser una táctica para evitar la cárcel. "Hacerse el loco parece parte de su estrategia", comentó.
Sin embargo, la penalista Chang refutó esta teoría, asegurando que este tipo de comportamiento no lo salvaría de una eventual prisión preventiva.
Por su parte, Rodrigo González, co-conductor del programa, señaló que Hurtado parece no estar consciente de la gravedad de las acusaciones que enfrenta: "Sigue usando su personaje para minimizar la realidad." A pesar de la situación crítica, se cree que el presentador sigue creyendo que puede controlar el curso de los hechos.