Un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Beirut, la capital de Líbano, resultó en la muerte de al menos 37 personas, entre las que se encuentran miembros clave de la milicia Hezbolá. Este bombardeo, definido por Israel como "selectivo", tuvo lugar en el suburbio de Dahieh, un área densa y conocida bastión de Hezbolá.

El Ministerio de Salud libanés reportó que entre las víctimas se encuentran tres niños y al menos 66 heridos. Los informes iniciales sugieren que 16 líderes de Hezbolá, incluyendo los comandantes Ibrahim Aqil y Ahmed Wahbi, perdieron la vida en el ataque. Los voceros de las FDI confirmaron que la mayoría de las bajas se produjeron durante una reunión a las afueras de la capital.

Impacto en Beirut

El ataque dejó un paisaje devastado: edificios y automóviles destruidos, con excavadoras trabajando para remover escombros en el área del bombardeo. Nafiseh Kohnavard, corresponsal de la BBC en Beirut, informó que aún hay personas atrapadas bajo los escombros y que los daños en la infraestructura son significativos.

Reacciones políticas

El primer ministro libanés, Najib Mikati, condenó el ataque y apeló a la comunidad internacional a "tomar una posición clara" frente a lo que calificó como "horribles masacres". En su declaración, subrayó que la prioridad debe ser detener las atrocidades cometidas por Israel. Mikati anunció que se restará de la Asamblea General de Naciones Unidas esta semana en Nueva York como forma de protesta.

Continuación del conflicto

Las FDI también informaron que los ataques de Hezbolá contra el norte de Israel continúan, con "alrededor de 90 cohetes" disparados desde Líbano hacia su territorio. Esta escalada de violencia plantea un escenario de creciente tensión en la región.