El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este lunes una propuesta para prohibir la circulación de vehículos fabricados con tecnología vinculada a China y Rusia. La normativa afectaría principalmente a vehículos conectados y autónomos, en un esfuerzo por proteger la seguridad nacional ante posibles ciberataques o manipulación remota de los automóviles.
Según la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, esta medida responde a crecientes temores sobre el acceso que empresas chinas y rusas podrían tener a los datos de los conductores y la infraestructura estadounidense, lo que plantea riesgos para la seguridad vial y la infraestructura crítica, como la red eléctrica. "Los coches ya no son solo acero y metal sobre ruedas", advirtió Raimondo.
Casi todos los vehículos nuevos en EE. UU. se consideran "conectados", ya que cuentan con tecnología que les permite conectarse a internet y otros dispositivos. Estos módulos de comunicación, como el Bluetooth, wifi o satelitales, son los principales objetivos de la normativa.
La propuesta es fruto de una investigación iniciada en febrero por el Departamento de Comercio, que concluyó que las tecnologías de China y Rusia suponen un riesgo considerable para la seguridad del país. Aunque la normativa todavía debe pasar por un periodo de comentarios públicos, se espera que entre en vigor antes de enero de 2025, con restricciones más estrictas aplicables a partir de 2027 y 2029.