Israel intensificó sus operaciones militares en Líbano al bombardear este viernes la supuesta sede central de Hizbulá, ubicada en el suburbio de Dahiyeh, al sur de Beirut. El ataque, que generó fuertes explosiones en toda la capital libanesa, tenía como objetivo a Hasán Nasrala, el líder del grupo chií, según fuentes de seguridad israelíes.
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, confirmó que la Fuerza Aérea ejecutó un ataque “preciso” contra lo que describieron como “el epicentro de Hizbulá”, incrustado bajo edificios residenciales. Este ataque ocurre tras casi un año de enfrentamientos esporádicos entre Hizbulá e Israel, con cohetes, misiles y drones lanzados desde el sur del Líbano hacia territorio israelí.
En una imagen publicada por la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se lo observa autorizando el bombardeo vía telefónica desde Nueva York, donde hoy habló ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Netanyahu adelantó su regreso a Israel tras la operación militar, destacando que “Israel hará lo necesario para proteger a su pueblo”.
El bombardeo, el más intenso en casi un año de conflicto, dejó al menos un muerto y 50 heridos, según la cadena Al Manar, propiedad de Hizbulá. La Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN) reportó una “gran destrucción” en el suburbio de Dahyeh, donde varios edificios residenciales se derrumbaron, afectando también al cercano barrio de Haret Hreik.
Aunque no hay confirmación oficial sobre el paradero de Nasrala, las fuerzas israelíes están verificando si el líder chií se encontraba en la sede al momento del ataque.