

La violencia de género es un problema ampliamente reconocido, pero un aspecto menos visible es que los hombres también son víctimas. Recientemente, el Quinto Juzgado Unipersonal Subespecializado en Delitos Asociados a la Violencia Contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar de Arequipa condenó a una mujer a un año y siete meses de prisión por agredir físicamente a su expareja. Esta pena fue convertida en 81 jornadas de trabajo comunitario, marcando un paso importante en la visibilización de la violencia sufrida por hombres.
La sentencia refleja una realidad que, aunque menos común, existe: muchos hombres enfrentan agresiones físicas, verbales y psicológicas dentro de su entorno familiar y social. A pesar de ello, estas agresiones son denunciadas con poca frecuencia debido a estereotipos y prejuicios que rodean la masculinidad.
Sin embargo, el número de hombres que se atreven a denunciar en Arequipa está en aumento. Este cambio podría indicar que los varones están perdiendo el temor y la vergüenza de hablar sobre sus experiencias de violencia.
Según datos de los Centros de Emergencia Mujer (CEM) del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), en Arequipa se atendieron 10,340 casos entre enero y agosto de este año. De estos, 8,304 corresponden a mujeres, mientras que 2,026 son hombres, lo que indica un notable, aunque todavía menor, número de denuncias masculinas.
El CEM desglosa las cifras por edad: 40.5% de los casos son de personas entre 0 y 17 años; 52.1% entre 18 y 59 años; y 0.4% son mayores de 60. Además, la violencia económica representa 0.4%, la psicológica 50.7%, la física 33.6% y la violencia sexual 15.2%.
El MIMP, a través de la Línea 100, ofrece información y orientación a todas las personas afectadas por la violencia, independientemente de su género. Entre enero y agosto de este año, esta línea atendió 4,658 llamadas, de las cuales 1,188 fueron realizadas por hombres.
Los distritos de Cerro Colorado, Paucarpata, Miraflores y Socabaya son las zonas con mayor cantidad de casos denunciados, mientras que en provincias como Camaná, Caylloma e Islay también se reporta un aumento en las denuncias.
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La violencia contra un integrante del grupo familiar abarca cualquier acción que cause daño físico, sexual o psicológico, según el artículo 6º de la Ley Nº 30364. Este contexto resalta la importancia de reconocer y abordar la violencia en todas sus formas, promoviendo un entorno más seguro y respetuoso para todos.