En las últimas horas, el Ejército israelí ha bombardeado más de 200 "objetivos militares" en Gaza y el Líbano, incluyendo grupos de combatientes, almacenes de armas y puntos de observación, según un comunicado castrense emitido este miércoles. De estos ataques, aproximadamente 185 objetivos pertenecían al grupo libanés Hizbulá, mientras que alrededor de 45 eran considerados puntos de ataque de Hamás en la Franja de Gaza.

Las fuerzas israelíes han reportado combates “a corta distancia” con milicianos de Hizbulá en el sur de Líbano, donde están realizando "incursiones limitadas" para desmantelar la infraestructura del grupo chií cerca de la frontera israelí. En los enfrentamientos más recientes, tres soldados israelíes, incluido un reservista, han resultado gravemente heridos. Hasta el momento, al menos once soldados israelíes han perdido la vida en combates en el sur de Líbano.

Ataques en Israel

La escalada del conflicto ha dejado también consecuencias fatales en el lado israelí. Este miércoles, dos personas murieron en Kiryat Shmona, al norte de Israel, tras el lanzamiento de una veintena de cohetes desde Líbano. Las víctimas, un hombre y una mujer de aproximadamente 40 años, fueron halladas inconscientes con heridas de metralla. Un joven de 16 años también resultó herido por fragmentos de un cohete, mientras que otros dos hombres sufrieron lesiones leves al chocar con un vehículo mientras huían de las sirenas antiaéreas.

Horas antes de estos ataques, Hizbulá había afirmado haber lanzado un ataque contra tropas israelíes en la zona fronteriza, lo que marca un aumento significativo de la violencia. Este ataque se produjo un día después de que Israel anunciara la muerte del supuesto nuevo líder de Hizbulá, Hashem Safi al Din, y el despliegue de más soldados en el Líbano.

Operaciones en Gaza

Simultáneamente, el Ejército israelí ha informado haber matado a varios combatientes islamistas durante bombardeos aéreos y enfrentamientos en la Franja de Gaza. Las fuerzas israelíes también han requisado granadas y fusiles de asalto, aumentando la tensión en una región ya marcada por la violencia y el conflicto.