La Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) ha mostrado interés en la investigación contra Andrés Hurtado, conductor de televisión peruano, quien actualmente cumple prisión preventiva por supuestos delitos de tráfico de influencias, lavado de activos y sobornos. Según un informe publicado por Perú21, la DEA contactó a la fiscal suprema Alejandra Cárdenas días antes de la captura de Hurtado para ofrecer su cooperación en la investigación.

El interés principal de la DEA recae sobre Josetty y Génnesis Hurtado, hijas del presentador, quienes residen en Estados Unidos y llevan un estilo de vida ostentoso que ha despertado sospechas sobre el origen de sus recursos. Ambas defienden que sus ingresos provienen de su trabajo como influencers y colaboraciones con marcas de moda. Sin embargo, las autoridades estadounidenses no descartan que estén involucradas en actividades ilícitas relacionadas con el lavado de dinero.

La DEA extendió su colaboración a la Fiscalía Suprema, dirigida por Alcides Chinchay, debido a que las investigaciones peruanas se encuentran en una fase avanzada. Las autoridades peruanas están investigando si Hurtado pagó sobornos a jueces y fiscales con dinero de procedencia irregular proveniente del sistema financiero estadounidense.

La Fiscalía peruana también investiga posibles nexos entre Hurtado y la fiscal Elizabeth Peralta, quien habría solicitado un millón de dólares para devolver un cargamento de oro incautado en 2020 al empresario Javier Miu Lei. Este proceso se encuentra bajo la jurisdicción de la Segunda Fiscalía Suprema Transitoria.

Implicaciones internacionales

La DEA no ha perdido interés en el caso y sigue buscando colaborar con las autoridades peruanas, en especial con el fiscal José Manuel Espinoza Vin, quien recientemente incluyó más personas en la investigación. Además, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ha detectado movimientos irregulares en las empresas vinculadas a Hurtado, como AH Gold Entertainment SAC y Frutera Perú SAC, administradas por Kelly Medina, allegada al conductor.

En paralelo, el empresario Abraham Mina, quien facturó cerca de tres millones de soles en publicidad para el programa de Hurtado, admitió haber realizado envíos de dinero por delivery en moto lineal, una práctica que evitaba el control fiscal. Mina reveló que enviaba al menos 6,000 dólares al extranjero mensualmente para cubrir gastos personales de Hurtado y sus hijas, aunque no especificó los destinatarios ni los motivos exactos de los pagos.