Las elecciones presidenciales en Bielorrusia se llevarán a cabo el 26 de enero de 2025, según anunció este miércoles la Cámara de Representantes del Parlamento. Alexander Lukaschenko, en el poder desde hace 30 años, aún no ha confirmado su intención de presentarse a un séptimo mandato. Sin embargo, la Constitución del país no se lo impide, y muchos analistas coinciden en que no tiene planes de renunciar al poder.

Las elecciones anteriores, celebradas en agosto de 2020, estuvieron marcadas por las mayores protestas en la historia de la oposición bielorrusa y por una violenta represión de sus participantes y líderes, muchos de los cuales se exiliaron tras los comicios. Aunque el Gobierno bielorruso afirmó que Lukaschenko obtuvo un 80% de apoyo en 2020, la Unión Europea, Estados Unidos y otros países no reconocen este resultado. De hecho, desde 2001, la comunidad internacional considera que los procesos electorales en Bielorrusia no son libres ni justos, y la situación se ha deteriorado aún más desde la invasión rusa de Ucrania, convirtiendo al país en un Estado satélite de Moscú.

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La estrecha colaboración entre Bielorrusia y Rusia ha permitido el despliegue de armas nucleares tácticas rusas en territorio bielorruso, fronterizo con Polonia y otros países europeos, durante la invasión de Ucrania. Informes de inteligencia occidental indican que las Fuerzas Armadas rusas han lanzado misiles contra Ucrania desde territorio bielorruso.

El exilio de los líderes opositores

Svetlana Tikhanovskaya, quien se postuló a la presidencia tras la inhabilitación de su esposo, el bloguero y político opositor Sergei Tikhanovsky, denunció que las elecciones fueron manipuladas. Tras la proclamación de los resultados por parte de la Comisión Electoral Central (CEC), Bielorrusia se vio envuelta en una ola de protestas masivas, que fueron brutalmente reprimidas. Tikhanovsky fue detenido y condenado a 18 años de prisión, mientras que su esposa se vio obligada a abandonar el país. Muchos miembros del movimiento opositor también se han exiliado o han sido encarcelados.

Desde entonces, la represión en Bielorrusia no ha cesado, y las actividades de la oposición están prácticamente prohibidas. Activistas de derechos humanos informan que alrededor de 1,300 personas han sido represaliadas, incluido el Premio Nobel de la Paz Ales Beliatski.

El anuncio de las nuevas elecciones coincide con la detención del analista político y periodista Igor Ilyash. Su esposa, Katerina Bahvalova, también periodista, ha sido condenada a una larga pena de prisión y se encuentra detenida. Ella fue una de las primeras informadoras reprimidas tras las revueltas de 2020, y muchos civiles que participaron en las protestas siguen detenidos.