La inseguridad ciudadana se ha consolidado como uno de los principales obstáculos para el crecimiento económico y el progreso en Perú, según el reciente informe sobre el Índice de Progreso Social Regional del Perú (IPSRP) 2024. Elaborado por Centrum PUCP en colaboración con el Social Progress Imperative, el estudio señala que, desde 2016, solo cinco regiones han experimentado mejoras en sus niveles de seguridad.

El informe destaca que la costa peruana ha sufrido una caída del 11 % en seguridad, mientras que la sierra y la selva han visto disminuciones del 15 % y 14 %, respectivamente. La persistente alta tasa de homicidios, delincuencia y accidentes de tránsito ha contribuido a este panorama desalentador. La falta de medidas concretas para abordar estos problemas ha dejado a muchas regiones vulnerables a la delincuencia y la inseguridad, lo que ha motivado protestas y paros en la capital en las últimas semanas.

Regiones con mejoras en seguridad

Las únicas cinco regiones que han mostrado mejoras en seguridad son:

• Moquegua
• Tumbes
• Huánuco
• Áncash
• Lima Provincias

Por otro lado, Madre de Dios ha registrado un alarmante descenso del 66 % en la seguridad personal, atribuido al aumento de actividades ilegales, como la minería informal. En Lima Metropolitana, la situación ha empeorado un 30 % debido al incremento de delitos violentos y la presencia de organizaciones criminales. La crisis política y la falta de reformas en políticas de seguridad desde 2016 han exacerbado estos problemas.

Desigualdades persistentes

El informe también pone de manifiesto las desigualdades entre las regiones del país. De las 26 regiones evaluadas, ninguna ha alcanzado un nivel alto de progreso social. Solo 18 se encuentran en el rango Medio Bajo y siete en el rango Bajo. Moquegua lidera el ranking con 66.4 puntos, situándose en el rango Medio Alto, gracias a su gestión en educación y el respeto por las libertades personales. En contraste, Puno ocupa la última posición con 51.3 puntos, afectada por el descontento de su población respecto a sus derechos, lo que ha derivado en violencia y criminalidad. Esta región también ha sido impactada por las muertes en las protestas de 2022 y 2023.

A pesar de algunos avances en ciertas áreas, el progreso social en Perú no ha alcanzado los niveles esperados. El IPSRP es una herramienta clave para evaluar el bienestar de las regiones, considerando factores como la educación, la salud, la seguridad y el acceso a servicios básicos. La necesidad de abordar la inseguridad y las desigualdades regionales se presenta como un desafío crucial para el desarrollo sostenible del país.