

Paul McCartney no dejó dudas de su carisma y dominio del escenario en su único concierto en Lima, donde sorprendió al público con un caluroso “buenas noches, causas” en español, que desató risas y aplausos. La noche del domingo, el Estadio Nacional fue testigo de una velada que combinó la mística de los Beatles, éxitos de Wings y un despliegue de luces y fuegos artificiales, que culminó en una experiencia inolvidable para sus miles de fans.
La tarde en las inmediaciones del coloso de José Díaz fue solo el inicio de lo que sería una noche mágica, con vendedores ambulantes ofreciendo artículos alusivos al ícono británico. A las 9:20 p.m., la leyenda de la música apareció en el escenario y desde el primer acorde el público se rindió, ondeando luces y coreando temas clásicos.
Con 82 años, McCartney mostró su habilidad para conectar con el público peruano, saludando a sus seguidoras como “mamacitas” y regalando un “arriba Perú, carajo” que encendió el ambiente. Además, fue testigo de una emotiva pedida de mano, cuando una pareja enamorada subió al escenario, desatando la ovación del público y sellando el momento con un “Sí, acepto”.
Entre los momentos más electrizantes de la noche, McCartney interpretó “Live and Let Die” acompañado de fuegos artificiales, un despliegue que dejó atónito a un Estadio Nacional abarrotado. La celebración continuó cuando el músico ondeó la bandera peruana, un gesto que fue respondido con vítores por la multitud.
Tras casi tres horas de música, McCartney se despidió dejando a sus seguidores con el eco de sus canciones y un concierto que será recordado como una experiencia única en Lima.