La provincia de Valencia enfrenta el peor temporal de las últimas décadas, dejando al menos 70 personas fallecidas y dos víctimas en Castilla-La Mancha, mientras continúa la búsqueda de seis personas desaparecidas en Albacete. La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que ha azotado la Península desde el martes ha causado fuertes lluvias, vientos intensos e inundaciones, provocando incluso el derrumbe de un puente en Picaña, Valencia, y el descarrilamiento de un tren en Málaga.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, pidió a los ciudadanos “prudencia” a través de redes sociales, advirtiendo que el temporal podría prolongarse durante la noche. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene la alerta roja, informando que localidades como Turís y Utiel en Valencia registraron hasta 200 l/m² de lluvia en un solo día, mientras que en varias áreas del sur y este peninsular superaron los 100 l/m².

Movilización y Comité de Crisis

Ante la magnitud de la catástrofe, el Gobierno ha decretado tres días de luto oficial y ha activado a la Unidad Militar de Emergencias (UME), desplazando a más de 1.000 militares a las áreas afectadas. Además, se ha establecido un comité de crisis para coordinar las tareas de rescate y asistencia en el litoral mediterráneo y Albacete, como confirmó la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien informó que el Ejército de Tierra también está participando en las labores.

Desapariciones y Operativos de Rescate

El servicio de emergencias de Valencia ha registrado más de 500 incidencias solo en las últimas 24 horas, y la Guardia Civil continúa buscando a personas desaparecidas en distintas áreas. Entre las víctimas, dos agentes de la Guardia Civil fallecieron tras quedar atrapados en el garaje de su vivienda en Paiporta, Valencia. En l'Alcudia, las autoridades están tratando de localizar a un camionero desaparecido, mientras que en Letur, Albacete, los bomberos buscan a seis personas arrastradas por las inundaciones.

Las lluvias han causado también graves daños materiales en la Comunidad Valenciana, donde muchas personas han tenido que evacuar locales comerciales y viviendas, especialmente en áreas bajas, ante el peligro de nuevas inundaciones.