Mundo | 29 nov 2024
El plan de paz de Trump para Ucrania podría ser un regalo para Putin, según expertos
Keith Kellogg, asesor de Trump y futuro enviado especial a Ucrania, propone un plan que suspende la entrada de Ucrania a la OTAN y pide un alto al fuego. Expertos advierten que podría beneficiar a Rusia y desestabilizar la unidad occidental.
En un reciente post en su canal de Truth Social, Donald Trump presentó a Keith Kellogg, su exasesor de seguridad nacional, como su enviado especial para Ucrania y Rusia, acompañado de un plan de paz que ha generado controversia. Kellogg, de 80 años, expuso sus propuestas en abril, proponiendo un alto al fuego y una serie de medidas diplomáticas que, según algunos analistas, podrían favorecer a Rusia y poner en riesgo la unidad internacional en torno al conflicto.
Detalles del plan de Kellogg
Kellogg comienza su plan criticando las políticas del presidente Biden y destacando que la guerra en Ucrania podría haberse evitado si se hubiera manejado mejor desde el principio. En su propuesta, sugiere congelar las líneas del frente mediante un alto al fuego, lo que permitiría que ambos bandos se sentaran a la mesa de negociaciones. Sin embargo, los detalles del plan son donde surgen las mayores dudas.
Uno de los puntos clave de la propuesta es la suspensión indefinida de la entrada de Ucrania en la OTAN. A cambio, Kellogg propone un acuerdo de paz con garantías de seguridad para Ucrania, pero sin un compromiso claro de que Rusia abandone las áreas ocupadas por la fuerza. Además, sugiere que la reconstrucción de Ucrania podría financiarse con un impuesto sobre las exportaciones de energía de Rusia.
Críticas a la viabilidad del plan
Aunque el plan parece sencillo en su enfoque, expertos advierten que no tiene en cuenta las tácticas históricas de Rusia. La propuesta de una zona desmilitarizada entre Ucrania y Rusia, que requeriría la presencia de tropas de la OTAN o de países no alineados, sería difícil de mantener y podría resultar ineficaz. Además, la idea de armar a Ucrania lo suficiente como para detener cualquier avance ruso plantea interrogantes sobre la capacidad real de Estados Unidos para proveer el armamento necesario.
La crítica principal al plan radica en que podría permitir que Putin aproveche el alto el fuego para consolidar sus posiciones en los territorios ocupados y continuar su agresión diplomática, mientras Occidente se ve debilitado por la fatiga del conflicto.
Un cambio de valores en la política exterior de EE.UU.
Kellogg también expone su visión de un cambio en los valores de la política exterior de EE.UU., afirmando que la administración de Biden ha promovido un enfoque internacionalista que prioriza los derechos humanos y la democracia, mientras que Trump y su equipo defenderían un enfoque pragmático, centrado en los intereses de Estados Unidos.
Este cambio de enfoque podría implicar una retirada de Estados Unidos de un conflicto que, según Kellogg, no tiene un interés vital para la seguridad nacional estadounidense, y que podría escalar a un enfrentamiento directo con Rusia o incluso un conflicto nuclear.
¿Un fin de la guerra o una nueva fase?
El plan de paz de Keith Kellogg ofrece a Ucrania la posibilidad de poner fin a la violencia, pero también plantea serias dudas sobre las intenciones de Rusia y la efectividad del enfoque diplomático. Si bien puede ser una solución rápida para aliviar la crisis, el plan no garantiza la retirada de las fuerzas rusas de los territorios ocupados ni asegura una paz duradera. Algunos expertos temen que, en última instancia, este enfoque favorezca a Putin, debilitando la unidad occidental y permitiendo a Rusia avanzar en sus objetivos estratégicos.
La guerra en Ucrania sigue siendo uno de los desafíos más complejos de la política exterior actual, y los planes como el de Kellogg solo subrayan la difícil disyuntiva entre buscar la paz y mantener la postura firme frente a la agresión rusa.