El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha denunciado seis ejecuciones extrajudiciales en Siria desde la caída del régimen de Bachar al Asad el pasado domingo. Según el director del OSDH, Rami Abdulrahman, la organización ha recopilado pruebas en audio y vídeo de estos hechos, que ocurrieron en varias ciudades sirias y fueron motivados por venganza sectaria.

Desde el derrocamiento del régimen alauí, la situación en Siria ha empeorado, con un aumento de los disturbios y tensiones sectarias. El OSDH ha señalado que grupos extremistas han irrumpido en pueblos de mayoría alauí, coreando consignas sectarias y llevando a cabo actos violentos. Por ejemplo, en la ciudad costera de Latakia, de predominio alauí, radicales armados entraron en una vivienda, robaron muebles y secuestraron mujeres.

Además de las ejecuciones, los grupos armados locales han perpetrado saqueos y robos a mano armada, sembrando el miedo entre los civiles. Estos grupos se hacen pasar por fuerzas de seguridad, especialmente en la costa siria, lo que agrava aún más la situación de los residentes, que se ven atrapados en un conflicto de venganza sectaria.

El Observatorio ha solicitado a los insurgentes que lideran el país, como el grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS), que detengan el caos, protejan a los civiles y persigan a los exresponsables del régimen de Al Asad para llevarlos ante tribunales justos. Según el OSDH, las fuerzas de seguridad bajo el mando del HTS están trabajando para restablecer el orden y perseguir a los remanentes del antiguo régimen.

El derrocamiento del régimen de Al Asad, que gobernó Siria durante más de 50 años, se logró sin una resistencia significativa tras una ofensiva de 12 días liderada por los insurgentes suníes del HTS, que tomaron Damasco y otras zonas clave del país. Sin embargo, la caída del régimen ha dado paso a un vacío de poder y a la intensificación de las violencias sectarias, que están afectando gravemente a la población civil siria.

Este panorama refleja la fragilidad de la transición política en Siria y la necesidad urgente de soluciones pacíficas y justicia para las víctimas de los conflictos sectarios.