Desde la caída del régimen de Bachar al Asad el 8 de diciembre, aviones de combate israelíes han realizado 498 ataques aéreos en diversas provincias sirias, según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Estos ataques, que han tenido como objetivo las bases aéreas, almacenes de armas, sistemas de radar y estaciones militares en toda Siria, buscan destruir los activos militares del régimen para evitar que caigan en manos de facciones opositoras.

Objetivos de los ataques israelíes
El Observatorio detalló que los ataques han afectado principalmente a las provincias de Damasco, Rif Damasco, Deraa y Al Sueida en el sur de Siria, así como Latakia y Tartús en la costa mediterránea. Los bombardeos han destruido varias instalaciones clave, incluyendo almacenes de armas, aviones y centros de investigación científica. Además, los ataques han dejado fuera de servicio las posiciones militares sirias atacadas, lo que ha provocado la suspensión total de las defensas aéreas del país.

Razones detrás de los ataques
El Ejército israelí ha intensificado su presencia en Siria como parte de su estrategia para desmantelar los activos del régimen de Al Asad, que han sido considerados una amenaza para la estabilidad de la región. Israel teme que estos activos caigan en manos de grupos armados opositores, por lo que busca desactivar cualquier infraestructura militar que pueda ser utilizada por ellos.

Despliegue militar israelí y perspectivas futuras
Se prevé que las fuerzas israelíes mantengan su despliegue en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán, que está bajo su control, durante los próximos meses de invierno. La situación actual de inestabilidad en Siria ha llevado a Israel a asegurar su presencia en la región, especialmente tras los recientes avances de los rebeldes hacia Damasco.