El presidente ruso, Vladímir Putin, ha lanzado un desafío directo a Estados Unidos, proponiendo un "duelo" entre los avanzados misiles hipersónicos rusos y los sistemas de defensa antimisiles de Occidente, con Kiev como escenario. Durante su conferencia de prensa anual, Putin invitó a EE. UU. a elegir una instalación en la capital ucraniana para concentrar sus sistemas de defensa, con el objetivo de enfrentarlos contra el misil Oréshnik, un arma de última generación lanzada por Rusia el pasado 21 de noviembre.

"Que elijan cualquier instalación para que la ataquemos, digamos, en Kiev. Que concentren allí todos sus sistemas antiaéreos y antimisiles. Y nosotros atacaremos con (un misil) Oréshnik. Y veremos qué es lo que pasa", dijo Putin, describiendo este enfrentamiento como un "experimento tecnológico" del siglo XXI.

Putin enfatizó que el Oréshnik tiene un alcance máximo de 5.500 kilómetros y aseguró que los sistemas antimisiles occidentales no tienen ninguna posibilidad de interceptarlo. "En unos pocos segundos comienza la separación de las ojivas. Y ya está, perdieron el tren", destacó, subrayando la superioridad tecnológica de Rusia sobre los sistemas de defensa occidentales.

El líder ruso también cuestionó la efectividad del escudo antimisiles estadounidense, mencionando que las 24 baterías desplegadas por la OTAN en Rumanía y Polonia, que tienen un alcance de hasta 1.000 kilómetros, son incapaces de interceptar los misiles rusos a esa distancia.

Según Putin, este avance tecnológico reduce la necesidad de recurrir a armas nucleares, al señalar que la capacidad de los misiles hipersónicos rusos es suficiente para garantizar la defensa nacional sin recurrir a la amenaza nuclear. La declaración aumenta las tensiones en un contexto de guerra en Ucrania y la creciente rivalidad entre Rusia y Occidente.