

Los incendios forestales en Los Ángeles han alcanzado niveles históricos de destrucción, con más de 12.000 hectáreas arrasadas, y se han cobrado la vida de al menos 5 personas, dejando a más de 130.000 evacuados. Estos incendios, alimentados por una combinación de sequía extrema y vientos fuertes, son un ejemplo claro del fenómeno climático conocido como “latigazo hidroclimático”.
El latigazo hidroclimático, también denominado volatilidad hidroclimática, se refiere a cambios abruptos entre precipitaciones intensas y sequías severas, exacerbados por el cambio climático. Según expertos, este patrón está ocurriendo con mayor frecuencia debido al calentamiento global, que intensifica las condiciones climáticas extremas.
Un estudio reciente de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), publicado en la revista Nature Reviews Earth & Environment, explica cómo el calentamiento global está causando estos eventos extremos cada vez más severos. El meteorólogo Eduardo Piacentini señaló que el aumento de temperaturas debido a la falta de cumplimiento del Acuerdo de París está acelerando estos fenómenos, lo que se traduce en sequías más intensas y lluvias más torrenciales.
En Los Ángeles, el latigazo hidroclimático se ha manifestado en forma de incendios devastadores. Durante el invierno de 2022-2023, California experimentó precipitaciones récord, seguidas por un verano extremadamente cálido y seco en 2024 y 2025. Esto creó el combustible perfecto para los incendios forestales: vegetación estimulada por las lluvias previas que luego se secó bajo el calor extremo, convirtiéndose en material inflamable.
Según Daniel Swain, climatólogo de la UCLA, la atmósfera actúa como una "esponja en expansión", que puede contener hasta un 7% más de humedad por cada grado Celsius de calentamiento global. Este proceso no solo intensifica las lluvias, sino que también multiplica las condiciones de sequía extrema, creando un ciclo vicioso que favorece los incendios forestales.
Aunque los incendios en California son un ejemplo destacado, el latigazo hidroclimático está aumentando en todo el mundo, con una creciente frecuencia de fenómenos extremos. Desde mediados del siglo XX, los expertos han observado un aumento global de entre el 31% y el 66% en estos eventos. Regiones vulnerables, como el norte de África, Medio Oriente y Asia, están experimentando estos cambios, pero incluso lugares históricamente estables están sintiendo los efectos de inundaciones y sequías extremas.
Los efectos de este fenómeno son devastadores no solo en términos de daños materiales. Los incendios en Los Ángeles ya han dejado al menos 5 muertos, con una cifra potencialmente mayor debido a la gravedad de las llamas. La magnitud de los incendios también ha obligado a la evacuación de más de 130.000 personas. Entre los lugares más afectados se encuentran Hollywood, donde el incendio Sunset amenaza el famoso Paseo de la Fama y ha obligado al cierre de emblemáticos teatros como el Teatro Chino.
Las autoridades locales advierten que el terreno afectado es extenso y complicado, lo que dificulta enormemente los esfuerzos de búsqueda y rescate. En áreas como Altadena y Hollywood Hills, las columnas de humo son visibles desde kilómetros de distancia, lo que complica aún más la situación para los equipos de emergencia.
Este trágico episodio subraya la necesidad urgente de medidas de mitigación para combatir el cambio climático. Como advierte Swain, no podemos centrarnos únicamente en gestionar inundaciones o sequías por separado. Es crucial que las políticas de gestión hídrica evolucionen para abordar los flujos de agua cada vez más extremos que acompañan al latigazo hidroclimático.
El futuro del planeta depende de la capacidad de la humanidad para frenar el calentamiento global y adaptarse a los nuevos patrones climáticos que están afectando a California y al mundo entero.