Este viernes, Nicolás Maduro asumió su tercer mandato consecutivo como presidente de Venezuela, tras ser juramentado por la Asamblea Nacional (AN), controlada por el oficialismo. El evento se llevó a cabo en un acto solemne en el que Maduro juró cumplir la Constitución de 1999, firmada por Hugo Chávez, su mentor político y expresidente del país.

En su discurso, el líder chavista proclamó el inicio de lo que denominó un “periodo de la paz, la prosperidad y la nueva democracia”, a pesar de las denuncias generalizadas de fraude electoral que marcan el contexto de su reelección. Las elecciones presidenciales de julio pasado fueron controversiales, ya que la oposición, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), asegura que Edmundo González Urrutia, su candidato, fue el verdadero ganador de los comicios.

Desde el momento de su proclamación, Maduro ha enfrentado acusaciones de fraude, especialmente después de que se filtraron documentos que, según los opositores, prueban el triunfo de González Urrutia. La oposición sostiene que ha recolectado el 85% de las actas electorales, las cuales indican que González Urrutia se impuso en las urnas. Sin embargo, el gobierno ha calificado estos documentos como falsos y sigue respaldando la victoria de Maduro.

Acompañado de figuras claves del chavismo, como el fiscal general Tarek William Saab, la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia Caryslia Rodríguez, y el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, Maduro prometió liderar un nuevo periodo para el país, mientras el respaldo militar y gubernamental se mantiene firme.

La juramentación tuvo lugar en un contexto de incertidumbre, con un Consejo Nacional Electoral (CNE) que no ha divulgado los resultados desagregados de las elecciones, como se había comprometido en su propio cronograma. A pesar de la controversia, Maduro llega a su tercer mandato con la lealtad del poder militar y de los principales sectores del chavismo.

La oposición, sin embargo, sigue luchando por la legitimidad de su reclamo, y González Urrutia ha reiterado su intención de juramentar como presidente, un acto que podría agudizar aún más la crisis política en Venezuela.