sábado 01 de febrero de 2025 - Edición Nº214

Tendencias | 10 ene 2025

Arqueólogos descubren pasajes subterráneos Incas entre el Coricancha y Sacsayhuamán

Una pareja de arqueólogos, con el apoyo de tecnología avanzada, revela la existencia de pasajes subterráneos en el Cusco, que conectarían dos importantes templos Incas.


Un equipo de arqueólogos ha hecho un hallazgo significativo en la ciudad del Cusco, donde afirman haber detectado una red de pasajes subterráneos Inca que conectarían el templo de Coricancha con el parque arqueológico de Sacsayhuamán. Estos pasajes, que se conocen en la tradición oral y las crónicas coloniales como "chincanas" o laberintos, podrían ofrecer nuevas luces sobre la sofisticación de la infraestructura Inca.

El descubrimiento fue realizado por Jorge Calero Flores y Mildred Fernández Palomino, arqueólogos y exdirectores de Cultura, quienes lideran el Proyecto "La Chincana". Trabajando desde 1997, y con la colaboración de un equipo multidisciplinario y expertos internacionales, los investigadores han utilizado una combinación de crónicas históricas, pruebas de sonido y tecnología avanzada, como georradares, para mapear estos antiguos túneles subterráneos.

Chincanas: pasajes de la historia Inca

Según Calero Flores, los pasajes subterráneos son grandes zanjas excavadas, con muros de piedra, techos de vigas y revestimientos de piedra labrada, cubiertas por tierra de hasta dos metros de profundidad. Los pasajes tendrían un ancho de entre 1 y 2,6 metros, y se cree que incluso el Inca pudo haber sido transportado a través de estos túneles en andas, debido a sus dimensiones.

El trabajo de los arqueólogos ha utilizado documentación de los siglos XVI y XVII, en la que cronistas como Anello de Oliva mencionan la existencia de estos pasajes subterráneos. A través de las crónicas, los investigadores han podido identificar que los túneles pasaban cerca de la Catedral del Cusco y de Sacsayhuamán, lo que les ha permitido trazar el recorrido de los pasajes.

El equipo ha descubierto que existen tres ramales principales. Uno de ellos se dirige hacia Callispuquio, otro hacia Muyucmarca en Sacsayhuamán y un tercero hacia la parte posterior del templo de San Cristóbal. Este último parece continuar hasta la zona de Acllahuasi, cerca de la Plaza de Armas del Cusco.

Recorrido subterráneo

El arqueólogo detalló que el trazo de los pasajes subterráneos atraviesa la explanada de Sacsayhuamán, continúa por un antiguo camino prehispánico y se dirige hacia el río Choquechaca. En su recorrido, se observan muros ciclópeos y plataformas, lo que sugiere que algunos tramos del pasaje están incompletos o fueron modificados a lo largo del tiempo.

El trazo se dirige en línea recta hacia el templo de Coricancha, aunque la ruta parece haber sido alterada por la expansión de la ciudad moderna. A lo largo del recorrido, se han encontrado orificios horizontales, que podrían haber servido como respiraderos para los túneles.

Los arqueólogos también han hecho referencia a los escritos del Inca Garcilaso de la Vega, quien menciona la existencia de túneles entre los torreones de estructuras Incas. Estos documentos históricos han fortalecido la convicción de los investigadores de que las chincanas realmente existieron y que su descubrimiento podría revelar más sobre el desarrollo de la ciudad y la organización del Imperio Inca.

Próximos pasos

Los investigadores planean continuar con los trabajos de excavación y análisis, confiados en que los avances tecnológicos y el trabajo de campo les permitirán desvelar más secretos sobre estos misteriosos pasajes subterráneos. Este descubrimiento podría tener implicaciones importantes para la arqueología, revelando nuevas facetas de la vida en el Cusco durante el apogeo del Imperio Inca

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