En una decisión histórica, más de 18,000 mujeres se han inscrito en los primeros días del proceso de alistamiento para formar parte del Ejército de Brasil. Esta convocatoria, que se abrió el pasado 1 de enero, permitirá a las mujeres de todo el país acceder al servicio militar como soldados, un hito para el país, que nunca antes había habilitado esta opción.

Proceso de inscripción y requisitos

El proceso de inscripción estará disponible hasta el 30 de junio de 2025, con un total de 1,500 plazas abiertas para mujeres mayores de 18 años que deseen ingresar a las Fuerzas Armadas. Las interesadas podrán elegir entre Marina, Ejército o Aeronáutica, y deberán superar varias etapas, como entrevistas, exámenes médicos y pruebas de aptitud física, para asegurar que están en condiciones de cumplir con el servicio militar.

Cobertura geográfica y fechas de incorporación

La inscripción está habilitada para 29 municipios en 14 estados de Brasil, entre los que destacan Río de Janeiro, São Paulo, Paraná, Minas Gerais, Distrito Federal y Amazonas. La incorporación de las seleccionadas se llevará a cabo en dos etapas: la primera comenzará en marzo de 2026, y la segunda en agosto de 2026.

Duración del servicio y oportunidades a largo plazo

El servicio militar tendrá una duración inicial de 12 meses, con posibilidad de ser prorrogado hasta ocho años. Además, el Ejército de Brasil ha habilitado una página web para simplificar el proceso de alistamiento, que también puede realizarse de manera presencial en las sedes del Servicio Militar.

El papel de las mujeres en las Fuerzas Armadas

Hasta ahora, las mujeres formaban parte de las Fuerzas Armadas de Brasil como sargentos de carrera o militares temporales desde 1980, a través de concursos públicos. Hoy, más de 37,000 mujeres forman parte de la fuerza laboral, representando el 10% del total. Con esta nueva medida, se abre un camino directo para que las mujeres accedan al servicio militar desde su inicio, lo que marcará un cambio significativo en la historia del Ejército de Brasil.

Este paso representa no solo una apertura de oportunidades para las mujeres en el ámbito militar, sino también una transformación en la estructura de las Fuerzas Armadas, que ahora se preparan para una participación más inclusiva y diversa.