

El Sistema de Información de Defunciones (Sinadef) reporta 75 homicidios en los primeros 15 días del año 2025, lo que refleja una alarmante escalada de violencia en el Perú. Las regiones más afectadas por estos crímenes son Lima, con 21 muertes; Callao, con 8; y La Libertad, con 7. Las cifras continúan creciendo, y si se suman los casos ocurridos entre el 15 y 17 de enero, el total asciende a 79 homicidios.
Los últimos incidentes se dieron en Huacho, donde fue asesinado el conocido payaso "Limonchín"; en San Juan de Miraflores, con el homicidio de un chofer y un pasajero; y en Trujillo, donde un joven perdió la vida. Estos casos refuerzan la tendencia de violencia que afecta a varias regiones del país, dejando a la población en un estado de constante miedo.
La criminalidad organizada es uno de los principales factores detrás de este aumento de homicidios. Los grupos criminales, con gran poder territorial, continúan cobrando cupos y extorsionando a empresarios y ciudadanos, mientras el Ministerio del Interior (Mininter), bajo la gestión de Juan José Santiváñez, no logra frenar la situación. A pesar de las promesas de un "estado de emergencia" en Lima y Callao, el ministro ha sido severamente criticado por la falta de resultados concretos.
José Baella, exdirector de la Policía Nacional del Perú (PNP), criticó duramente la estrategia del gobierno, indicando que los estados de emergencia no están siendo efectivos y que la Policía ha perdido capacidades. Cluber Aliaga, exministro del Interior, agregó que los agentes ya no cuentan con los conocimientos ni las competencias necesarias para enfrentar la criminalidad organizada.
Según Aliaga, el desafío actual radica en enfrentar a mafias sofisticadas que no solo extorsionan, sino que también secuestran a aquellos que tienen dinero. Para combatir esta realidad, Baella propone mejorar las herramientas legales y tecnológicas para la Policía, como la geolocalización de los criminales y el acceso a cuentas bancarias, con el fin de desmantelar las redes de extorsión.
La PNP también enfrenta dificultades internas. Aliaga señala que los escuadrones de la Policía han perdido la mística desde que el enfoque de las investigaciones pasó a manos de la Fiscalía en 2004. Para él, la clave está en fortalecer a la Policía Investigativa, que debe asumir un papel central en la lucha contra la criminalidad organizada.
La creciente violencia y el incremento de homicidios reflejan una crisis de seguridad en el Perú, que exige una respuesta inmediata y efectiva del gobierno y de las fuerzas de seguridad. Mientras tanto, la ciudadanía sigue clamando por un cambio en las políticas de seguridad y por medidas más estrictas para frenar esta ola de crimen.