El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, se presentó este sábado ante el Tribunal del Distrito Oeste de Seúl, donde explicó los motivos de su imposición de la ley marcial el 3 de diciembre. La audiencia fue parte del proceso que determinará si su detención, iniciada el pasado miércoles, será extendida o no. Durante casi 40 minutos, Yoon defendió su decisión, que le costó la destitución once días después, argumentando que su acción fue un ejercicio legítimo de autoridad presidencial.

La solicitud para extender su detención fue presentada por la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO), que lidera una investigación sobre si la declaración de la ley marcial constituyó un intento de insurrección, un delito grave ante el que los presidentes surcoreanos no tienen inmunidad. Esta solicitud podría llevar a que Yoon permanezca detenido hasta 20 días más.

Durante la audiencia, tanto la acusación como la defensa presentaron sus alegatos, que duraron una hora cada uno, mientras más de 12.000 simpatizantes de Yoon se concentraban en las inmediaciones del tribunal. La situación se tornó tensa cuando los manifestantes intentaron irrumpir en el recinto, pidiendo la liberación del presidente.

El abogado de Yoon, Yun Gap-geun, comentó que el presidente "explicó fielmente los hechos y las cuestiones jurídicas" y expresó que esperaban la decisión con calma. El tribunal debe decidir pronto si acepta o rechaza la extensión de la detención, lo que podría ocurrir esta misma noche o a primera hora del domingo.

El presidente, que se encuentra suspendido de sus funciones por la destitución, también enfrenta otro procedimiento ante el Tribunal Constitucional para determinar si su destitución se mantendrá o se le devolverán sus funciones antes de mediados de junio.