Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping, reafirmaron hoy su alianza estratégica en una videoconferencia celebrada un día después de la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Durante la conversación, Putin destacó que las relaciones entre Moscú y Pekín están fundamentadas en una amplia comunidad de intereses nacionales y una coincidencia de puntos de vista sobre el papel de las grandes potencias en el escenario internacional.

Según las imágenes difundidas por la televisión rusa, Putin subrayó que la cooperación entre ambos países tiene un papel estabilizador crucial en los asuntos internacionales y afirmó que no se debe permitir que ideologías extremistas como el fascismo, el nazismo o el militarismo resurjan.

Xi Jinping refuerza el compromiso con Rusia

Por su parte, Xi Jinping expresó su disposición a seguir profundizando las relaciones bilaterales entre China y Rusia, señalando que en este nuevo año ambos países están preparados para llevar su cooperación a nuevas alturas. Además, el mandatario chino reafirmó que ambos países se unirán para hacer frente a la incertidumbre exterior y garantizar la estabilidad mundial.

Ambos líderes han mantenido un diálogo constante en los últimos meses, siendo la última reunión en persona en octubre durante la cumbre de los BRICS en Kazán. En esta videoconferencia, los medios estatales chinos no han revelado detalles adicionales sobre los temas tratados.

China y Rusia frente a los desafíos globales

El fortalecimiento de la alianza entre China y Rusia ha sido especialmente relevante en los últimos años, con ambos países proclamando una "amistad sin límites" y desarrollando intercambios constantes, tanto a nivel diplomático como económico. Este estrechamiento de la relación también se ha dado en el contexto de la guerra en Ucrania, sobre la cual China ha adoptado una postura ambigua, mientras que Rusia continúa buscando apoyo internacional en medio de la creciente presión internacional.

Este reforzamiento de los lazos sino-rusos llega pocos días después de que Xi y Trump tuvieran su primera conversación telefónica en cuatro años, un indicio de la compleja dinámica que se está viviendo entre las principales potencias mundiales.