

En la vastedad de la selva peruana, el río Santiago, fuente vital de sustento para las comunidades Wampis, se encuentra bajo amenaza. La minería ilegal ha sumido sus aguas en una crisis de contaminación por mercurio, que pone en peligro no solo el ecosistema, sino también la salud de los pobladores que dependen de sus recursos.
Mercurio en las aguas, violencia en las comunidades
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El mercurio liberado por las dragas en busca de oro está afectando tanto al agua como a los peces que los Wampis consumen. La situación empeora cuando se suman enfermedades como tos ferina y dengue, que afectan principalmente a niños y adultos mayores. Además, las comunidades denuncian el uso de menores como escudos humanos por parte de los mineros ilegales para defender sus operaciones ante los operativos de las autoridades.
El grito de los Wampis: Declaratoria de emergencia
El presidente del Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis (GTANW), Teófilo Kukush Pati, ha solicitado de manera urgente al Estado la declaratoria de emergencia en la zona. Según Kukush Pati, la falta de respuesta efectiva del gobierno frente a la minería ilegal ha permitido que los intereses externos sigan devastando su territorio, sin un plan de acción adecuado que proteja sus derechos y su ambiente.
Impacto social: Red de criminalidad transnacional
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Además de la destrucción ambiental, las comunidades Wampis enfrentan un agravante aún más sombrío: la presencia de redes criminales que, además de promover la minería ilegal, están vinculadas a la explotación sexual de niñas y jóvenes en la región. Esta situación pone en evidencia la urgente necesidad de una intervención del Estado, no solo para proteger el medio ambiente, sino también para salvaguardar los derechos humanos y la seguridad de los más vulnerables.
La situación en el río Santiago refleja una crisis que va más allá de la contaminación: es una emergencia ecológica, social y de derechos humanos que exige una respuesta inmediata.