

Pedro Bot, un robot social fabricado íntegramente en la Universidad Católica San Pablo de Arequipa, es la prueba tangible de que la robótica en el Perú es una realidad. Este robot, que forma parte del proyecto Rutas 2.0, diseñado para interactuar con seres humanos, fue creado por un equipo de investigadores peruanos y representa un avance significativo en el campo de la tecnología en el país.
Rutas 2.0 es una iniciativa financiada por Concytec, que arrancó en 2022 con el objetivo de desarrollar robots sociales capaces de interactuar de manera efectiva en diversos entornos. El proyecto comenzó con la adquisición de Pablo Bot, un robot importado de China, al que se le desarrolló tecnología de software para potenciar su interacción social. Posteriormente, el equipo se embarcó en la creación de Pedro Bot, un robot hecho en Perú que amplía los alcances de los avances previos.
"Nuestro objetivo es desarrollar tecnología que permita a los robots interactuar y relacionarse de la mejor manera posible con los seres humanos", comenta el doctor Dennis Barrios Araníbar, coordinador del proyecto e investigador de la universidad.
Uno de los avances más destacados de este proyecto es la capacidad de los robots para aprender a interactuar con los humanos, emulando gestos y reaccionando a emociones. Aunque las máquinas no pueden sentir emociones, los investigadores han logrado simular respuestas basadas en las interacciones humanas.
Pedro Bot no solo es un prototipo, sino que ya ha sido probado en entornos como museos, donde ha cumplido funciones como guía turístico. Este desarrollo pone a Perú en el mapa de la robótica social y su aplicación en la industria turística, un sector clave en el país.
A pesar de los avances, el equipo enfrenta desafíos importantes en cuanto al mantenimiento de los robots. Muchos de los componentes de los robots, como Pablo Bot y Alice, son importados, lo que dificulta las reparaciones y aumenta los costos. Sin embargo, con Pedro Bot, la situación es diferente, ya que fue diseñado y construido por el propio equipo, lo que permite un mantenimiento más accesible y eficiente.
Con una inversión de 671,388 soles, el equipo está trabajando en la siguiente fase del proyecto, que busca perfeccionar la tecnología de los robots y expandir su uso más allá del sector turístico. El objetivo es empaquetar la tecnología para hacerla completamente replicable y comercializable, lo que podría abrir nuevas posibilidades para la industria tecnológica peruana.
A largo plazo, el equipo espera que esta iniciativa no solo impulse el desarrollo tecnológico en Perú, sino que también genere nuevas oportunidades de empleo y formación de desarrolladores tecnológicos capaces de competir en el mercado global. El doctor Barrios confía en que, con trabajo y paciencia, Perú podrá comercializar tecnología hecha en casa.
El equipo de investigación, además de Barrios, está compuesto por los doctores Raquel Patiño, Regina Ticona, Yudith Cardinale, Irvin Dongo, entre otros, quienes han trabajado en colaboración con universidades de Brasil y España. El proyecto ha sido apoyado por tesistas de posgrado y pregrado, quienes contribuyen a consolidar el desarrollo de esta innovadora tecnología.
Con este avance, Perú da un paso firme hacia el futuro, mostrando que la robótica social no solo es posible, sino que tiene un gran potencial en diversas áreas de la sociedad, desde la educación hasta el sector turístico y más allá.