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Hayretdín Kutukcu, un ciudadano turco de 57 años, conocido como ‘El Turco’, fue detenido en Lima por Interpol tras ser señalado como el líder de una red internacional de estafas que operaba en Bolivia, Brasil y Perú. La banda, bajo la fachada de un negocio de venta de maquinaria pesada y vehículos de carga, logró defraudar a más de 100 personas, acumulando un monto superior a los 3 millones de dólares en engaños.
La captura de Kutukcu marca el fin de años de estafas que comenzaron en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde montó su primera empresa para atraer a clientes del sector agrario. El modus operandi consistía en ofrecer maquinaria pesada a precios muy competitivos, solicitando un adelanto del 30 % del valor de los productos con la promesa de que serían enviados desde Europa o Estados Unidos. Sin embargo, las entregas nunca se concretaban.
“Me estafaron con 200.000 bolivianos (aproximadamente 30.000 dólares). Vi una publicación en Facebook, los contacté por WhatsApp y confié porque su oficina estaba en un edificio de lujo”, relató una de las víctimas.
Operativo internacional
Ante el creciente número de denuncias en Bolivia, Kutukcu y su equipo cerraron operaciones y huyeron hacia Brasil. En el país vecino, replicaron su estrategia, y luego se trasladaron a Perú, donde instalaron su negocio en Miraflores. Allí, alquilaron un departamento con vista al Golf de San Isidro y montaron un call center en un edificio de la avenida José Pardo. Los interesados llamaban por teléfono y eran atendidos por trabajadores que seguían un guion diseñado para engañarlos.
Durante el operativo en Lima, las autoridades encontraron 11 personas en la oficina de Kutukcu, entre ellas tres ciudadanos turcos, dos venezolanos y varios peruanos. Un empresario boliviano que viajó a Lima en busca de respuestas afirmó: “Ellos han trabajado casi un año en Bolivia. Nos estafaron a mí y a muchos compatriotas”.
Detención y extradición
Tras meses de seguimiento, la policía peruana, en coordinación con Interpol, allanó el departamento de San Isidro donde se encontraba oculto Kutukcu. Durante su detención, el sujeto no opuso resistencia y fue trasladado a un penal, donde espera ser extraditado a Bolivia, donde enfrenta múltiples denuncias por estafa agravada.
En su residencia, las autoridades encontraron contratos, documentos falsificados y registros de transacciones con clientes en Bolivia, Brasil y Ecuador. Además, se descubrió que Kutukcu y sus cómplices acumulaban deudas con arrendadores en Lima, por más de 20.000 dólares en alquileres de departamentos, oficinas y vehículos.
El engaño repetido
El patrón de la estafa era siempre el mismo: los clientes debían esperar hasta 90 días para la llegada de la maquinaria, pero cuando exigían explicaciones, la banda inventaba excusas sobre problemas bancarios o de logística. “Nos dijeron que sus cuentas habían sido intervenidas, pero cuando investigamos, descubrimos que nos habían estafado”, afirmó una víctima.
Incluso, algunos empleados del call center terminaron delatando a los estafadores. “No tenemos certeza de que haya maquinaria en venta”, admitió uno de los trabajadores ante la policía.
Investigaciones en varios países
Las autoridades también investigan si la banda operó en Ecuador, donde se habrían registrado denuncias similares. En Perú, la División de Investigación de Estafas y otras Defraudaciones siguió de cerca los movimientos de Kutukcu, basándose en la información obtenida de Bolivia y Brasil.
La detención de Kutukcu pone fin a una red de estafadores que durante años utilizó el engaño como su principal herramienta para obtener grandes sumas de dinero en Sudamérica. Las víctimas ahora esperan justicia y la devolución de su dinero.