

La cifra de civiles muertos por la matanza que se produjo en la costa mediterránea de Siria en respuesta a los ataques de grupos leales al derrocado presidente Bachar al Asad aumentó a 973, según informó este lunes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La ONG, con sede en el Reino Unido, había señalado previamente que el número de víctimas mortales había ascendido a 830 el domingo, aunque la cifra total de fallecidos había alcanzado los 1.311.
En su informe del domingo, el Observatorio detalló que la operación de seguridad, llevada a cabo como represalia por los ataques de militantes alauitas contra las fuerzas de seguridad del nuevo régimen de Damasco el jueves 6 de marzo, resultó en 830 civiles muertos, 231 miembros de las fuerzas de seguridad, y 250 militantes leales al régimen anterior.
La organización denunció la impunidad con la que se habrían llevado a cabo ejecuciones sumarias y asesinatos de civiles, especialmente miembros de la comunidad alauita, la secta chií a la que pertenece el exmandatario Al Asad. El Observatorio realizó un llamado urgente a las autoridades sirias para que responsabilicen a los miembros de las fuerzas de seguridad y defensa implicados en las matanzas. En su comunicado, la ONG destacó que la impunidad en estos actos podría fomentar la repetición de crímenes y poner en peligro la estabilidad política y social de Siria tras la caída de Al Asad.
El Observatorio señaló que las fuerzas de seguridad sirias, junto con sus fuerzas aliadas, cometieron crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos, en un contexto de venganza contra la minoría alauita. Además, mencionó que las masacres masivas, los incendios de viviendas y los desplazamientos forzosos ocurren sin intervención internacional para poner fin a estos actos.
El presidente interino de Siria, Ahmed al Sharaa, anunció este domingo la creación de un comité independiente encargado de investigar las violaciones contra civiles. Este comité tendrá 30 días para presentar un informe que determine las causas y las circunstancias que llevaron a los hechos, así como para identificar a los responsables y remitirlos a la justicia.
Ante la magnitud de la masacre, varios Estados miembros de la ONU solicitaron una reunión urgente del Consejo de Seguridad para tratar la situación en el oeste de Siria. La presidencia danesa del Consejo informó que la reunión se celebraría este lunes para abordar las violaciones de derechos humanos y la creciente violencia en el país árabe.
A pesar de la creciente presión internacional, el gobierno de Damasco no ha reconocido oficialmente los crímenes cometidos por sus fuerzas. La crisis humanitaria en Siria persiste, con decenas de miles de muertos y desplazados debido al conflicto que comenzó hace más de una década. La situación sigue siendo extremadamente tensa, mientras la comunidad internacional busca maneras de intervenir y garantizar la justicia para las víctimas.