El Dr. José Carlos Aponte, astroquímico peruano, forma parte del equipo de la misión OSIRIS-REx de la NASA, encargada de recolectar muestras del asteroide Bennu y traerlas a la Tierra. Este histórico logro, que culminó en septiembre de 2023, ha dado paso a investigaciones científicas sobre los componentes que podrían haber sido fundamentales para la creación de la vida en nuestro planeta.
Aponte, quien trabaja en el Laboratorio de Astrobiología del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, es coautor de un artículo publicado en la revista Nature Astronomy que detalla los primeros hallazgos del análisis de las muestras. El polvo recolectado de Bennu contiene una variedad de litologías (tipos de rocas), pero lo más destacado es la abundancia de amoníaco, un compuesto químico clave.
El amoníaco es un ingrediente básico que, en las condiciones adecuadas, podría llevar a la formación de aminoácidos, moléculas que, al unirse en cadenas, dan lugar a las proteínas, esenciales para las funciones biológicas. Según Aponte, la cantidad de amoníaco en Bennu es mucho mayor que la encontrada en otros meteoritos, lo que sugiere que este compuesto fue preservado en condiciones que favorecieron su presencia, y que el asteroide se formó en una ubicación del sistema solar distinta a la de su actual posición, entre la Tierra y Marte.
Este descubrimiento tiene implicaciones importantes para comprender los orígenes de la vida en la Tierra y, potencialmente, en otros sistemas solares. A diferencia de los meteoritos que llegan a la Tierra, los cuales están alterados por procesos terrestres, las muestras de Bennu son materiales prístinos, lo que ofrece una visión más clara de las condiciones del sistema solar primitivo.
Además, parte de las muestras del asteroide se reservarán para futuras investigaciones. Hasta el 30 de septiembre de este año, el equipo de la NASA continuará analizando los 6 gramos de material recolectado, mientras que el 75% del material ha sido preservado para que futuros científicos puedan acceder a él con nuevos equipos e hipótesis.
El Dr. Aponte subraya que estos avances científicos son cruciales, ya que los compuestos encontrados en Bennu podrían ser los ingredientes esenciales para la formación de moléculas más complejas, como el ADN, lo que sugiere que los componentes necesarios para la vida podrían formarse en otros sistemas solares.
La misión OSIRIS-REx también continuará su viaje: después de completar su objetivo, la nave pasó a llamarse OSIRIS-APEX y se dirigirá al asteroide Apofis en 2029. Este asteroide, que inicialmente representaba un pequeño riesgo de colisión con la Tierra, será estudiado más de cerca para entender mejor los posibles impactos que podría tener en el futuro, como cambios en su órbita o incluso alteraciones en su superficie debido a la gravedad terrestre.
La misión OSIRIS-APEX continuará su legado de exploración espacial, mientras científicos como el Dr. Aponte siguen desentrañando los secretos del sistema solar y su relación con el origen de la vida.