

El domingo pasado, un robo de un lingote de oro valorizado en más de dos millones de soles ocurrió en San Juan de Lurigancho. En el atraco, miembros de la Policía Nacional del Perú y dos civiles participaron, dejando un saldo trágico: un policía muerto y dos heridos. El oro sigue desaparecido y las investigaciones siguen su curso.
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Durante el asalto, el policía Edgar Máximo Morales García, de 26 años, recibió múltiples impactos de bala y falleció luego de avanzar hacia el Jirón Los Crisantemos. Dos agentes más, Robert Ríos Magallanes y Edu Aldair Rojas Wong, resultaron heridos en el tiroteo.
A pesar de que vecinos reportaron haber encontrado una caja metálica que podría haber contenido el lingote de oro, esta fue retirada sin explicación por personal de serenazgo y otros agentes. Hasta ahora, las autoridades no han informado sobre el destino de los seis kilos de oro.
El Poder Judicial dictó siete días de detención judicial para los involucrados, quienes siguen hospitalizados. Se encontraron armas de fuego y vehículos robados durante la fuga. La Inspectoría de la PNP intervino en la comisaría de Pamplona Uno para investigar a los agentes implicados.
Este caso genera dudas sobre la transparencia y corrupción dentro de la Policía Nacional. La Marina de Guerra liberó a dos de sus miembros detenidos inicialmente, que ahora son testigos en la investigación.
Según una encuesta de Ipsos, el 24% de la población peruana ha sido víctima de robo en la calle. El robo de oro en San Juan de Lurigancho no es un hecho aislado y refleja un panorama de inseguridad en el país.