

El arancel global del 10% anunciado por el presidente Donald Trump ha entrado en vigor este sábado. Esta medida afecta a todos los productos importados por Estados Unidos de otros países, una acción que amenaza con generar nuevas turbulencias en los mercados internacionales. La decisión, anunciada el 2 de abril, también introdujo aranceles más altos, como el 20% para productos europeos y el 34% para importaciones chinas, medidas que se suman a la escalada de la guerra comercial global.
A partir de las 00:01 hora local del este de EE.UU. (04:01 GMT), todos los productos importados estarán sujetos a este nuevo gravamen del 10%, con una única excepción: aquellos productos ya en tránsito hacia EE.UU. antes de la entrada en vigor de la medida no se verán afectados.
Esta escalada arancelaria genera incertidumbre, ya que amenaza los pilares del libre comercio y ha exacerbado las tensiones con varios socios comerciales clave, como Canadá y China, que también han impuesto sus propios aranceles en represalia.
La guerra comercial también ha alimentado el temor a una recesión económica global. JPMorgan Chase elevó las probabilidades de una recesión del 40% al 60%. Dentro de EE.UU., el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, advirtió que los aranceles podrían resultar en una inflación más alta y un crecimiento económico más bajo.
Los productos básicos, como viviendas, automóviles y ropa, podrían encarecerse dentro de EE.UU., afectando especialmente a las familias más vulnerables. Un estudio de la Universidad de Yale prevé una caída del 5,5% en el capital de las familias más pobres debido a los efectos de estos aranceles.
Trump justificó su decisión de imponer estos aranceles bajo la figura de una "emergencia nacional", argumentando que la situación comercial actual pone en riesgo la seguridad de EE.UU. Sin embargo, también ha reconocido que la transición podría ser dolorosa para las familias estadounidenses, aunque insiste en que los aranceles traerán empleos de vuelta al país.
Este cambio en la política comercial de EE.UU. remite a la histórica Ley Smoot-Hawley de 1930, que aumentó los aranceles hasta el 40% y está vinculada a la profundización de la Gran Depresión, un precedente que muchos economistas temen se repita.