El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó este lunes con imponer un arancel adicional del 50% a China si Pekín no retira antes del 8 de abril de 2025 los gravámenes que ha impuesto a los productos estadounidenses en represalia por las tarifas arancelarias del republicano. A través de su red social Truth Social, Trump declaró que, en caso de no cumplir con esta demanda, Estados Unidos impondrá nuevos aranceles a partir del 9 de abril.

Trump, quien ofreció una rueda de prensa en el Despacho Oval junto al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, aprovechó la ocasión para criticar fuertemente la postura comercial de China, a la que acusó de enriquecerse debido a la permisividad de administraciones previas. El mandatario republicano aseguró que Estados Unidos ha sido "destruido" por las políticas que han permitido a China avanzar en su crecimiento económico.

LEÉ TAMBIÉN:

Soldados norcoreanos cruzan brevemente la DMZ, y el Ejército surcoreano responde con disparos de advertencia

El presidente de Estados Unidos también advirtió que, si Pekín no responde positivamente, "se suspenderán todas las conversaciones" sobre las negociaciones que China había solicitado para tratar la guerra comercial. Trump subrayó que, aunque los aranceles son un aspecto crucial, hay más factores en juego, como la apertura comercial de países cerrados, en referencia a China.

Trump también criticó los aranceles del 34% impuestos por China a las importaciones estadounidenses, un aumento que considera parte de un conjunto de medidas "abusivas", que incluyen subsidios ilegales y manipulación cambiaria. El mandatario advirtió que cualquier represalia de este tipo por parte de otros países será respondida con "nuevos aranceles más altos".

LEÉ TAMBIÉN:

Netanyahu y Trump refuerzan alianza contra Irán y abordan la situación en Gaza

Pekín, por su parte, respondió a las amenazas de Trump declarando que "la presión y las amenazas no son la forma correcta de relacionarse con China". La disputa comercial entre las dos potencias continúa escalando, y analistas temen que esta guerra arancelaria podría derivar en una recesión global.

Trump se ha mostrado abierto a negociar solo si es para reducir el déficit comercial de Estados Unidos con otros países, pero sigue firme en su enfoque de confrontación económica con China.