

El Real Madrid sufrió una de sus derrotas más dolorosas en la Champions League, cayendo por 3-0 ante un Arsenal desbordante de ilusión y ganas de dejar su huella en Europa. El equipo de Carlo Ancelotti pagó caro su falta de puntería y la debilidad en el balón parado, elementos que, como predijeron muchos, resultaron clave en la eliminatoria.
El primer golpe lo dio Declan Rice, quien, con un impresionante gol de falta directa, rompió la barrera del Real Madrid. Lo que parecía ser una jugada menor se convirtió en la primera vez en la historia de la Champions que el Arsenal marcaba un gol de falta en eliminatorias. Rice, con una rosca perfecta, superó a la desordenada barrera madridista y dejó a Thibaut Courtois sin opciones.
Doce minutos después, Rice volvió a hacerse protagonista con otro golazo, esta vez un disparo imparable que dejó sin palabras a todo el Emirates Stadium. El Arsenal, con su fútbol preciso y su mentalidad ganadora, aprovechó la ocasión para darle un golpe definitivo al Real Madrid.
A pesar de que Courtois y algunos defensores madridistas evitaron que el marcador fuera aún más abultado, el daño ya estaba hecho. Un disparo milimétrico de Mikel Merino selló el 3-0 y confirmó la caída del Real Madrid, que se vio superado en todos los aspectos del juego. La segunda parte, de total éxtasis en Londres, dejó al equipo blanco sin respuestas.
El Real Madrid se agarra ahora a la esperanza de un milagro en el Bernabéu, donde su hinchada enfadada esperará una reacción de un equipo que, esta vez, no logró cumplir con las expectativas. A pesar de los intentos, el equipo de Ancelotti pagó cara su falta de puntería y la vulnerabilidad en el balón parado. La eliminación parece un destino casi sellado, aunque en el Bernabéu siempre ha habido espacio para la esperanza.
El Arsenal, por su parte, demostró que su fútbol no tiene nada que envidiar a los gigantes europeos, y con una noche histórica, se coloca a un paso de las semifinales de la Champions League.