

Donald Trump sorprendió este miércoles al elevar al 125 % los aranceles impuestos a China, una medida que entrará en vigor de manera inmediata. Esta decisión se produce después de lo que el presidente de Estados Unidos considera una "falta de respeto" por parte de China hacia los mercados internacionales. En su red social Truth Social, Trump expresó: "Ojalá en un futuro cercano, China se dé cuenta de que la época en que estafaba a Estados Unidos y a otros países ya no es sostenible ni aceptable".
El anuncio se da justo cuando entran en vigor nuevas partidas de los llamados "aranceles recíprocos", establecidos el 2 de abril por el gobierno de Trump. Estos aranceles suponen un aumento de un 50 % sobre los impuestos previamente aplicados a las importaciones chinas, que sumaban un total del 104 %. Además, la Unión Europea (UE) y otros países también enfrentan nuevas tarifas comerciales, en un contexto de creciente tensión en la guerra comercial entre EE. UU. y China.
China, por su parte, no se quedó de brazos cruzados y activó represalias, igualando el arancel de EE. UU. al 104 % en las importaciones provenientes de Norteamérica. Pekín también dejó claro que tiene "recursos abundantes" y "voluntad firme" para responder de manera más dura si Estados Unidos intensifica aún más las restricciones económicas y comerciales.
En medio de esta escalada, Trump también anunció una pausa de 90 días en la aplicación de los aranceles a aquellos países que aún no han tomado represalias comerciales contra EE. UU. Esta decisión también incluye una reducción del 10 % en los aranceles recíprocos durante ese período. Trump justificó esta medida al señalar que más de 75 países han contactado con su administración para discutir posibles acuerdos en torno a los aranceles, lo que sugiere un cambio en la dinámica de las relaciones comerciales internacionales.
Las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos siguen siendo uno de los temas más debatidos a nivel global. La respuesta de Pekín, que acusa a EE. UU. de violar las normas comerciales internacionales y de debilitar el sistema multilateral de comercio, añade más presión a una ya complicada situación.
Este nuevo capítulo de la guerra comercial con China y el enfoque de Trump hacia otros países refleja las complejidades y riesgos de las políticas proteccionistas, mientras se negocian acuerdos que podrían redefinir el panorama comercial mundial.