

La audiencia judicial contra el expresidente Pedro Castillo por el fallido intento de golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022 estuvo marcada nuevamente por un hecho inesperado: la exjefa del Gabinete Ministerial, Betssy Chávez, sufrió una descompensación y perdió el conocimiento durante su traslado desde el Anexo Mujeres de Chorrillos al Penal de Barbadillo.
“Mi patrocinada ha tenido una descompensación y ha perdido el conocimiento. Aun así, está presente. Fue atendida por los médicos del penal”, informó su abogado Luis Valenzuela.
El letrado denunció que estos episodios se han vuelto recurrentes y reiteró su pedido para que Chávez sea trasladada temporalmente a otro establecimiento penitenciario, argumentando razones de salud.
Durante la misma sesión, el jefe de la Policía Montada, Miguel Barriga Espinoza, negó que la institución haya impedido el ingreso de congresistas al Congreso durante el intento de disolución. “Se ordenó no impedir el paso a nadie”, declaró ante el tribunal.
Esta versión fue respaldada por tres efectivos de la Policía Nacional, citados como testigos por la defensa de Justo Jesús Venero Mellado, exjefe de la Unidad de Servicios Especiales de la PNP, quien también es investigado como parte del presunto aparato que habría facilitado el intento de golpe de Estado.
Durante la audiencia, el expresidente Pedro Castillo reiteró su rechazo al proceso judicial y sostuvo que se encuentra “preso injustamente”, manteniendo la postura que ha sostenido desde su detención en diciembre de 2022.
El juicio aborda los cargos por el intento de disolver el Congreso y establecer un gobierno de excepción, un acto que fue rápidamente desactivado y que terminó con la detención del exmandatario y varios de sus funcionarios.
El pasado 9 de abril, Castillo fue trasladado al Hospital de Ate debido a una lumbalgia crónica que, según su defensa, se ha agravado durante su reclusión. El abogado Javier Adrianzén denunció que su patrocinado necesita atención médica especializada y expresó su preocupación por los medicamentos que se le administren.
“No tome nada, no quiero que le den veneno”, se le escucha decir a Adrianzén en un video del traslado.
Según explicó, el dolor se debe a la inactividad física en prisión, lo que empeora su condición. “Está aburrido, sentado todo el día. Si tuviera algo que hacer, su salud sería distinta”, comentó.