

La gastronomía peruana sigue conquistando los rankings internacionales. Esta vez, el prestigioso portal Taste Atlas incluyó a la tradicional ensalada de pallares en su listado de las 50 mejores ensaladas del mundo, ubicándola en el puesto 48 por su autenticidad, frescura y riqueza de sabores.
El sitio describe esta ensalada como una receta refrescante y sabrosa, basada en pallares (habas peruanas) cocidos, que se combinan con vinagre blanco, jugo de lima, orégano, chiles, cebolla, tomate, pimienta y abundante cilantro o perejil fresco. Una explosión de color y sabor que, según Taste Atlas, es ideal para acompañar carnes o pescados a la parrilla, como se acostumbra en las reuniones familiares de la costa peruana.
Este reconocimiento no es menor. La ensalada peruana comparte su puntuación (4/5) con platos emblemáticos como la salada de polvo de Portugal, la kartoffelsalat alemana y la patatosalata griega, en una lista dominada por sabores mediterráneos y de Medio Oriente.
En el top 3 del ranking, se ubicaron:
Dakos (Grecia): pan de cebada, tomate, queso feta y aceite de oliva.
Horiatiki Salata (Grecia): la clásica ensalada griega con pepino, aceitunas y feta.
Houria (Túnez): ensalada tibia de zanahorias con ajo, comino y aceite de oliva.
No solo las ensaladas brillan. En la categoría de mejores postres peruanos, los picarones alcanzaron el primer lugar con una puntuación de 4.2/5, reafirmando su lugar como símbolo dulce de la comida callejera nacional.
El portal los describe como “un clásico de la comida callejera peruana”, hecho a base de masa con camote y calabaza, frita en forma de aro y servida con miel de caña. Su origen, según Taste Atlas, se remonta a la época del virreinato, cuando los buñuelos españoles fueron adaptados con ingredientes locales, dando vida a un postre que mezcla historia y sabor.
Estos reconocimientos reflejan una tendencia clara: la cocina peruana continúa posicionándose como una de las más ricas, diversas y admiradas del mundo, gracias a su fusión de influencias indígenas, europeas y asiáticas, y a su capacidad de reinventarse sin perder su esencia.
Perú vuelve a estar en la mesa del mundo, no solo con cebiche y lomo saltado, sino también con platos sencillos pero poderosos como una ensalada de pallares y unos picarones con miel.