

Teherán, Irán. El ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, reafirmó este miércoles que el derecho de Irán a enriquecer uranio no está sujeto a negociación, en un momento clave de las negociaciones nucleares con Estados Unidos y otras potencias.
“El principio del enriquecimiento no es objeto de negociación”, declaró Araqchí tras la reunión semanal del gabinete.
El funcionario, que también actúa como principal negociador en los diálogos nucleares, sostuvo que el enriquecimiento es un derecho “real, aceptado y legal” del pueblo iraní, aunque se mostró dispuesto a “generar confianza” para atender preocupaciones internacionales.
Por su parte, Rusia reafirmó su apoyo a una solución diplomática. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que Moscú está dispuesto a contribuir al arreglo del conflicto mediante el diálogo.
“Seguimos dispuestos a hacer todo lo posible por una solución política”, dijo.
En contraste, el enviado especial de Estados Unidos para Oriente Medio, Steve Witkoff, aseguró que Irán debe detener y desmantelar su programa nuclear, y añadió que el programa de misiles balísticos también debería ser parte del acuerdo.
El régimen iraní ha dejado claro que no está dispuesto a debatir su programa balístico ni su apoyo a grupos como Hizbulá o los hutíes en Yemen, centrando el diálogo exclusivamente en la capacidad nuclear civil.
Aun así, el líder supremo Ali Jameneí calificó los primeros contactos con EE.UU. como “positivos”, aunque reiteró su desconfianza histórica hacia Washington.
Las partes se verán de nuevo este sábado en Omán, donde una delegación iraní se reunirá indirectamente con la estadounidense bajo mediación de diplomáticos omaníes.
Araqchí advirtió que el éxito de las conversaciones dependerá del tono con el que llegue Estados Unidos:
“Si vienen con una postura constructiva, podremos avanzar. Pero si insisten en contradicciones, será complicado.”
El programa nuclear iraní ha estado bajo lupa desde que, en 2018, el entonces presidente Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA), provocando una respuesta inmediata de Teherán con el aumento del enriquecimiento de uranio.
Desde entonces, Irán ha elevado sus niveles de enriquecimiento muy por encima de los límites establecidos, lo que genera alarma internacional sobre su potencial uso militar, aunque Teherán insiste en el carácter pacífico de su tecnología.