

La comunidad internacional dio un paso sin precedentes este martes al aprobar el primer tratado global sobre pandemias en el seno de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con la firma de más de 190 países, el acuerdo busca coordinar mejor la prevención, preparación y respuesta frente a futuras crisis sanitarias, como la del COVID-19.
El texto es fruto de tres años de intensas negociaciones, marcadas por diferencias entre países ricos y en desarrollo, especialmente en lo que respecta al acceso equitativo a recursos sanitarios como vacunas, medicamentos y equipamiento médico.
“El tratado no es perfecto, pero marca una nueva base para salvar vidas en la próxima emergencia sanitaria mundial”, señaló Michelle Childs, de la ONG Iniciativa por Medicamentos para Enfermedades Olvidadas.
Red global de suministros: se creará una cadena logística para garantizar el acceso rápido y justo a productos esenciales.
Prohibición de acaparamiento: los países no deberán almacenar en exceso medicamentos y vacunas.
Reservas internacionales coordinadas: se compartirá información sobre stocks de emergencia.
Acceso a patógenos compartidos: las farmacéuticas que utilicen virus para desarrollar vacunas deberán entregar un 20 % del producto a la OMS (mitad donación, mitad a precio reducido).
Durante la pandemia de COVID-19, países ricos acapararon vacunas, mientras regiones como África sufrían demoras dramáticas en el acceso. El nuevo acuerdo busca evitar repetir ese patrón, exigiendo condiciones justas cuando se financie investigación con fondos públicos.
“Si se usa dinero público para desarrollar vacunas, esas vacunas deben servir al bien común”, añadió Childs.
Aunque gran parte del acuerdo es voluntario, los diplomáticos destacaron que es preferible a no tener ningún marco común.
“Estábamos ante la opción de aceptar lo posible o irnos con las manos vacías”, dijeron fuentes diplomáticas que participaron en las maratónicas sesiones de negociación.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras celebraron los avances, pero exigieron que los compromisos se conviertan en acciones concretas. Pidieron a los gobiernos más transparencia, equidad en el acceso y mayor responsabilidad compartida.
El consenso internacional llega en un momento en que la OMS atraviesa desafíos financieros y políticos, incluyendo la retirada parcial de EE. UU. y tensiones geopolíticas globales. Aun así, este tratado demuestra que la cooperación multilateral sigue siendo posible ante amenazas comunes.