

El legendario cantante Jon Bon Jovi y su esposa Dorothea Hurley Bongiovi cumplieron este martes 36 años de casados, una historia de amor que comenzó en los pasillos de una secundaria en Nueva Jersey y que ha resistido el paso del tiempo, la fama y las adversidades personales.
Para conmemorar la fecha, el vocalista de Bon Jovi, de 63 años, publicó en Instagram una imagen simbólica: 36 rosas rojas en un florero, acompañadas de la dedicatoria: "36 rosas por 36 años increíbles. Feliz aniversario, mi amor."
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La publicación incluyó también una entrañable imagen del día de su boda en Las Vegas, en 1989, en la famosa Graceland Wedding Chapel, con un cartel que recuerda: "La estrella de rock Jon Bon Jovi se casó aquí". En la foto, él luce su icónica melena ochentera y ella un vestido blanco clásico con guantes de encaje.
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Jon y Dorothea se conocieron cuando eran adolescentes y asistían a la misma escuela secundaria. Desde entonces, su relación ha sido un ejemplo de estabilidad en un mundo donde las relaciones suelen tambalear frente a los focos de la fama. Tienen cuatro hijos: Stephanie (31), Jesse (30), Jake (22) y Romeo (21).
En una entrevista con The Independent en 2024, el artista reconoció que no siempre fue perfecto en su matrimonio.
“No fui un santo, pero tampoco tan tonto como para arruinar lo más valioso de mi vida”, confesó.
Agregó que lo que los ha mantenido unidos es una base de comprensión y respeto mutuo. “Tenemos una sociedad de admiración mutua y la suerte de haber crecido juntos”, dijo.
El vínculo de Jon y Dorothea ha demostrado su fortaleza incluso en las crisis. En 2016, el músico reveló a The Mirror que su esposa fue su sostén tras la salida del guitarrista Richie Sambora de la banda, una pérdida que lo dejó devastado.
“Fue una época muy difícil. No estoy seguro de cómo lo habría superado sin ella”, expresó.
Para Bon Jovi, el secreto está en mantener el equilibrio entre su faceta pública y su vida personal:
“Escribir canciones es lo que hago, pero no es quien soy (…) Me sentí atraído por ella desde el minuto en que la vi, y eso nunca ha cambiado”.
A 36 años del “sí, quiero”, Jon y Dorothea siguen siendo prueba viviente de que el amor verdadero no solo existe, sino que también puede durar toda una vida… incluso bajo los reflectores del rock ‘n’ roll.