

París celebra. Y Luis Enrique también. El técnico español podrá brindar por su cumpleaños número 55 tras llevar al Paris Saint-Germain a su segunda final de la Liga de Campeones, luego de vencer este miércoles por 2-1 al Arsenal en el Parque de los Príncipes, con un global de 3-1.
El gran héroe fue, sin discusión, Gianluigi Donnarumma, quien volvió a firmar una actuación estelar, con tres atajadas claves que frustraron los intentos del equipo de Mikel Arteta. El PSG, que ya había ganado 0-1 en Londres, ahora enfrentará en la final al Inter de Milán, en busca de su primera ‘Orejona’.
Luis Enrique, en su segunda temporada al frente del PSG, ha conseguido lo que muchos creían imposible tras la salida de Mbappé: mantener competitivo al club sin grandes figuras individuales pero con un colectivo renovado. Sin estrellas, pero con resultados.
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En un duelo donde el Arsenal presionó desde el inicio, el PSG supo resistir con orden defensivo, velocidad en las transiciones y la inspiración de su arquero. La apuesta de juego solidario y colectivo que predica el técnico asturiano está rindiendo frutos.
El primer tanto parisino llegó a los 34 minutos. Un mal despeje de Thomas Partey tras un tiro libre dejó el balón servido para Fabián Ruiz, quien marcó su primer gol en Champions tras 46 partidos, con un potente disparo desde la frontal.
Ya en la segunda parte, el VAR detectó una mano de Lewis-Skelly, pero Vitinha erró el penal. Sin embargo, apenas tres minutos después, Achraf Hakimi aprovechó otro error de Partey y firmó el 2-0 parcial con un disparo fulminante.
Con la eliminatoria cuesta arriba, Bukayo Saka descontó en el minuto 76 tras una contra bien hilada con Trossard, pero la reacción fue tardía. El joven inglés incluso tuvo el empate en sus pies cuatro minutos después, pero su remate a quemarropa se fue alto.
El PSG cerró el partido con inteligencia y pudo incluso aumentar el marcador con un intento de Dembélé, que fue bien contenido por Raya.
El PSG jugará su segunda final de Champions, tras la que perdió en 2020 ante el Bayern en Lisboa. Esta vez, con un equipo sin superestrellas pero con un bloque sólido, tiene una nueva oportunidad de hacer historia. La cita será en Múnich, en busca de esa copa que se les ha escapado tantas veces.