

En 1999, México cambió de gobierno… y de piel. Ese mismo año, un grupo de actores conocidos por protagonizar telenovelas de los años 90 decidió despojarse del traje de galán para subirse al escenario y quitarse toda la ropa frente a miles de mujeres. Nacía así “Solo para mujeres”, el primer espectáculo de estriptis masculino en el país.
Ahora, a 25 años del fenómeno, la plataforma ViX lanza la docuserie “Solo para mujeres”, que se estrena este 9 de mayo y que explora el origen, impacto y legado de este show que marcó un parteaguas cultural en México.
Sergio Mayer, uno de los fundadores y figura central del show, lo resume así:
“Fue un parteaguas de un momento coyuntural importante en el país.”
Y es que este espectáculo coincidió con una transición política histórica: el fin de 70 años de hegemonía del PRI. A la par, las mujeres comenzaban a exigir más derechos, libertades y espacios de disfrute.
“En esa época, la mujer ni siquiera sabía cuándo o cómo sus derechos serían defendidos. Había muchos prejuicios religiosos, éticos y morales alrededor de un show como este”, recuerda Mayer en entrevista con EFE.
La idea nació de Alexis Ayala, también actor, quien se inspiró en la película británica ‘The Full Monty’ (1997). Pero llevar la fantasía a los escenarios mexicanos implicaba una logística casi clandestina.
“No dejábamos entrar a cámaras ni a hombres vestidos de civil. Algunos se colaban disfrazados de monja o imitando a cantantes de moda”, cuenta Ayala. Y si lograban entrar, las propias asistentes los echaban.
En pleno boom de las telenovelas, la fama de los actores como Mayer o Ayala llenaba teatros por todo el país. Lo que empezó como un espectáculo provocador, se convirtió en un fenómeno cultural y social.
Dirigida por Dario Yazbek Bernal, actor y hermano de Gael García Bernal, la docuserie no solo reconstruye el fenómeno sino que reflexiona sobre el deseo femenino en el espacio público, los roles de género y la industria del espectáculo.
“Fue el primer espacio donde el deseo femenino fue visible. Las dinámicas de poder eran otras cuando un hombre se desnudaba frente a una mujer”, señala Yazbek.
La serie también es una crítica a la fama instantánea, al sistema mediático de entonces y a la imagen idealizada del “galán” de televisión. “Las telenovelas eran parte de nuestra identidad. Este show las cruzó con el deseo, el cuerpo y lo prohibido”, añade el productor.