

Montevideo se tiñó de negro y memoria. A pocas horas del fallecimiento de José "Pepe" Mujica, cientos de militantes del Movimiento de Participación Popular (MPP) —el histórico sector del Frente Amplio fundado por el propio exmandatario— salieron a las calles para rendirle homenaje.
Vestidos con camisetas negras y ondeando banderas del movimiento, los manifestantes recorrieron la ciudad con una potente inscripción en la espalda:
“No me voy, estoy llegando”.
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La frase, que hoy retumba con fuerza simbólica, fue pronunciada por Mujica el 1 de marzo de 2015, al dejar la Presidencia de Uruguay tras cinco años de gobierno. Aquel día, se despidió con un mensaje que hoy cobra una dimensión aún más profunda:
“No me voy, estoy llegando. Me iré con el último aliento y donde esté estaré por ti, estaré contigo, porque es la forma superior de estar con la vida. Gracias, querido pueblo”, dijo entonces, con su habitual calidez y mística política.
José Mujica falleció el martes 13 de mayo en Montevideo, a los 89 años, apenas una semana antes de cumplir 90. Su deceso se produjo tras un año de lucha contra un cáncer de esófago, enfermedad que con el tiempo se expandió al hígado.
El propio Mujica hizo público su diagnóstico el 29 de abril de 2024, en una conferencia de prensa donde reveló que el tumor era maligno y que requeriría radioterapia. Desde entonces, su salud fue deteriorándose paulatinamente.
A comienzos de este año, el expresidente había declarado al semanario Búsqueda que el cáncer ya se había extendido:
“Sinceramente, me estoy muriendo. El guerrero tiene derecho a su descanso”, dijo entonces.
El presidente uruguayo Yamandú Orsi confirmó la noticia a través de su cuenta oficial en X con un mensaje cargado de emoción:
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.
Mujica, ícono de la izquierda latinoamericana, exguerrillero tupamaro, senador, ministro y presidente, deja un legado imborrable de austeridad, honestidad y compromiso social. Y, como él mismo lo anticipó hace casi una década, “no se va”: en cada causa justa, en cada lucha popular, Pepe Mujica sigue llegando.