

El asesinato en España de Andréi Portnov, exasesor del derrocado presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, ha generado conmoción en círculos políticos internacionales. El hecho ocurrió en la localidad de Pozuelo de Alarcón, en las afueras de Madrid, y está siendo investigado por las autoridades españolas como un posible crimen de alto perfil.
Portnov, de 52 años, era conocido por su rol en la elaboración de leyes represivas durante las protestas proeuropeas del Euromaidán en 2014. Tras la caída del régimen prorruso en Ucrania, escapó a Rusia, luego vivió en Viena y más recientemente se había establecido en España.
Con formación en Derecho, Andréi Portnov fue una pieza clave en el engranaje del poder prorruso en Kiev. Entre 2010 y 2014 ocupó altos cargos en la administración de Yanukóvich y fue señalado por medios ucranianos como uno de los arquitectos de la represión del Maidán, en la que murieron más de 100 manifestantes.
El 20 de febrero de 2014, días antes de la caída del régimen, Portnov huyó de Ucrania junto con el propio Yanukóvich, buscando refugio primero en Rusia y después en Austria. Su nombre fue incluido ese mismo año en la lista de sanciones de la Unión Europea, aunque fue retirado un año después tras apelar ante la justicia europea.
En 2018, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) lo acusó formalmente de traición, por su presunto papel en la entrega de Crimea a Rusia, aunque el caso fue cerrado por falta de pruebas. En 2021, Estados Unidos lo sancionó por corrupción, señalando “acusaciones creíbles de manipulación del sistema judicial ucraniano”.
Pese a los cargos, Portnov siguió activo políticamente e incluso regresó a Ucrania en 2019. Logró ganar varias demandas contra periodistas que lo habían vinculado con la corrupción, aunque organizaciones internacionales cuestionaron la imparcialidad de los fallos.
Según el medio ucraniano Censor.net, Portnov vivía en Madrid y en enero de 2024 acudió a un notario para certificar un poder que le permitiría transferir a sus hijos una mansión de más de 1.000 m² a orillas del río Dniéper, en Ucrania. El trámite reveló que, pese a las sanciones, mantenía propiedades de alto valor.
Una petición ciudadana en Ucrania para sancionarlo oficialmente alcanzó las 25.000 firmas requeridas, lo que obligó al Consejo Nacional de Seguridad a considerar nuevas medidas en su contra.
Las circunstancias del asesinato de Portnov en Pozuelo aún no han sido esclarecidas. La policía española ha abierto una investigación que considera varias hipótesis, incluyendo crimen por encargo, venganza política o disputa económica.
Por su perfil y conexiones, Portnov acumuló enemigos tanto dentro como fuera de Ucrania. Su muerte reabre interrogantes sobre la presencia de figuras vinculadas a regímenes autoritarios viviendo con comodidad en Europa.