lunes 11 de agosto de 2025 - Edición Nº405

Tendencias | 22 may 2025

Descubren un altar de fuego de 4.000 años en Caral: La civilización más antigua de América desvela más secretos

Este hallazgo arqueológico en la "Ciudad Sagrada de Caral" confirma la importancia de las ceremonias religiosas y científicas en la sociedad caralina.


Un altar de fuego de unos 4.000 años de antigüedad ha sido hallado en la Zona Arqueológica Caral (ZAC), situada en el valle de Supe, al norte de Lima, Perú. Este hallazgo, realizado por el equipo de la arqueóloga peruana Ruth Shady, ofrece una nueva ventana al estudio de las actividades sagradas de la civilización Caral, la más antigua de América.

El altar, utilizado exclusivamente para ceremonias religiosas de gran importancia, formaba parte de un edificio público piramidal mayor en la "Era de Pando", un asentamiento clave en la historia de Caral, que floreció hace unos 5.000 años. Este descubrimiento ayudará a comprender más a fondo la producción de conocimientos y las actividades científicas y tecnológicas que caracterizaban a la sociedad caralina.


El altar de fuego y su significado en la sociedad caralina

El altar de fuego se encuentra en un recinto circular de aproximadamente 7 metros de diámetro y está precedido por un patio rectangular de 16 metros de largo por 8 metros de ancho. Este espacio está vinculado a las ceremonias religiosas que se celebraban en un edificio público piramidal mayor. Solo las élites religiosas, políticas y sociales tenían acceso a este espacio exclusivo, donde se realizaban rituales y se quemaban ofrendas como cuentas, cuarzo, peces, moluscos y productos agrícolas.

Este tipo de altares de fuego, presentes en otros edificios públicos piramidales de la ciudad, representaban el centro de poder religioso y científico, siendo testimonio de los avances en conocimientos sobre astronomía, matemáticas y otras ciencias, que formaban parte integral de las ceremonias y rituales sagrados.


La "Era de Pando" y su rol en la historia de Caral

El "Era de Pando" es uno de los principales asentamientos de la civilización Caral, que se desarrolló en el valle de Supe. El sitio cubre un área de 57,93 hectáreas, con 48 edificios que incluyen edificaciones piramidales mayores y menores, además de templos y residencias. Aunque inicialmente este asentamiento era pequeño, con el tiempo se convirtió en un importante centro jerárquico dentro de la civilización caralina.

Los arqueólogos han encontrado figurinas, instrumentos de piedra y otros objetos ceremoniales que ayudan a comprender la vida diaria y las prácticas sagradas en Caral. Estos hallazgos demuestran la monumentalidad y organización de la sociedad, que tenía una estructura jerárquica claramente definida.


La ciudad sagrada de Caral: Patrimonio Mundial de la Humanidad

La Ciudad Sagrada de Caral fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO debido a su importancia histórica y cultural. Los descubrimientos realizados en la Zona Arqueológica Caral siguen proporcionando información valiosa sobre las costumbres y creencias de esta civilización, que tuvo un desarrollo paralelo al de otras grandes civilizaciones antiguas, como Egipto, Mesopotamia y la India.

Este hallazgo del altar de fuego reafirma el carácter avanzado de la civilización Caral y su profunda conexión con la ciencia y la religión, dos elementos claves en su organización y estructura social.

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