

Tras más de 48 horas de intensa búsqueda, el ministro de Defensa, Walter Astudillo, confirmó el hallazgo de restos de la aeronave militar KT-1P de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) desaparecida el pasado martes en la costa de Paracas. Sin embargo, aún no se tiene información sobre el paradero de la alférez Ashley Stacy Vargas Mendoza, quien se encontraba a bordo de la nave como parte de su formación táctica de vuelo.
La aeronave, de matrícula FAP 446, pertenecía al Grupo Aéreo N° 51 y realizaba una misión de navegación táctica como parte del programa de instrucción para pilotos de combate. La última comunicación con el avión ocurrió minutos antes de su desaparición, según reportes oficiales de la FAP.
“Se encontraron dos partes del avión en un islote cerca de la península de Paracas”, informó Astudillo en conferencia de prensa. “Aún continúa la búsqueda del fuselaje completo y de la oficial a bordo”, agregó.
El gobierno desplegó un amplio operativo de búsqueda y rescate, con el apoyo de helicópteros Mi-17, un avión C-26B, sensores infrarrojos y drones de reconocimiento, además de patrullas terrestres con sistemas de buceo.
La desaparición de la alférez Vargas Mendoza, de solo 24 años, ha generado gran conmoción. La joven fue reconocida como una de las mejores cadetes de su promoción, obteniendo en 2022 la Espada de Honor de manos de la presidenta Dina Boluarte. En redes sociales, compañeros y familiares han convocado a una cadena de oración por su pronta aparición con vida.
El avión KT-1P, de origen coreano, es un entrenador avanzado usado para maniobras tácticas, con capacidad para un piloto y un instructor, y es parte del equipamiento moderno de la FAP para la formación de su personal.