

La tendencia conocida como “SkinnyTok” ha ganado millones de visualizaciones en redes sociales como TikTok, Instagram y YouTube, al promover la delgadez extrema mediante frases disfrazadas de “motivación”. Bajo hashtags como #SkinnyTok, usuarios –mayoritariamente mujeres jóvenes– comparten rutinas de pérdida de peso que incluyen dietas severamente restrictivas, ingestas calóricas muy bajas y mensajes de “amor duro” que normalizan el sufrimiento físico y emocional como parte del proceso.
“Si tu estómago gruñe, finge que te está aplaudiendo”, dice uno de los vídeos más compartidos, acompañado de cientos de comentarios que refuerzan esta narrativa tóxica.
Aunque TikTok intenta contrarrestar la tendencia mostrando advertencias como “Eres más que tu peso” o enlaces a recursos sobre trastornos alimentarios, el contenido que glorifica la delgadez y los comportamientos alimenticios desordenados continúa proliferando.
Según NBC News, el fenómeno ha sido comparado con los foros “pro-ana” (pro-anorexia) que marcaron negativamente a una generación en plataformas como Tumblr y Twitter durante la década de 2010.
Phaith Montoya, influencer con más de 3 millones de seguidores en TikTok y sobreviviente de un trastorno alimentario, alertó sobre los riesgos:
“Si hubiera visto estos consejos cuando era más joven, habría pensado que los necesitaba.”
Montoya fue diagnosticada con trastorno por atracón y hipotiroidismo tras años de someterse a dietas extremas. En un video viral, compartió que su salud física y mental tocó fondo hasta que rompió con la idea de que la delgadez era sinónimo de éxito o felicidad.
La Asociación Nacional de Trastornos Alimenticios (NEDA) estima que los TCA afectan al 9 % de la población y que su tasa de mortalidad es una de las más altas entre los trastornos mentales, especialmente en casos de anorexia.
Además, el uso de redes sociales como TikTok ha sido relacionado con el aumento de ansiedad, depresión y aislamiento social, factores de riesgo que pueden derivar en TCA, sobre todo en adolescentes y mujeres jóvenes.
“El ideal de delgadez nunca ha desaparecido. Solo ha cambiado de forma”, afirma la autora Martha Laham, experta en cultura de consumo.
Videos con supuestas rutinas “saludables” promueven dietas de 800 calorías al día, una cifra muy por debajo de los requerimientos mínimos, especialmente para cuerpos en desarrollo.
Andrea Mathis, dietista y creadora de Beautiful Eats and Things, advierte:
“Aunque empiece como una motivación, puede convertirse rápidamente en una obsesión dañina.”
Estos contenidos ignoran nutrientes esenciales como el calcio, el hierro o la vitamina D, y omiten el bienestar emocional, promoviendo en cambio el castigo, la culpa y el aislamiento.
Paula Edwards-Gayfield, consejera de NEDA, recomienda prestar atención a estos síntomas:
Obsesión por contar calorías o hacer ejercicio excesivo
Evitar reuniones sociales donde haya comida
Sentimientos de culpa tras comer
Cambios de humor o retraimiento emocional
Ejercicio incluso estando lesionado
“Son señales claras de que la conducta ha dejado de ser saludable”, advierte.
Los expertos son claros: no seguir consejos nutricionales de influencers sin formación profesional. Ante cualquier duda, es fundamental consultar a:
Nutricionistas certificados
Psicólogos clínicos
Médicos generales o endocrinólogos
También es vital promover en redes sociales mensajes positivos sobre salud integral, diversidad corporal y autoestima.
Phaith Montoya concluye su mensaje con esperanza:
“Me tomó años sanar mi relación con la comida y mi cuerpo. Pero valió la pena. Rechazar los ideales de #SkinnyTok me devolvió la vida.”