

La esperada película del director chino Bi Gan, titulada ‘Resurrection’, se ha convertido en uno de los títulos más comentados del Festival de Cannes 2025. Con 160 minutos de duración, un plano secuencia final en 3D de 40 minutos, y una narrativa que transita entre el cine mudo, el thriller y la ciencia ficción distópica, el filme ha generado una profunda división entre la crítica.
Medios como Variety sintetizan el impacto: “Podría decirse que es la peor película en competición este año y a la vez una fuerte candidata al premio a Mejor Dirección”.
Resurrection se compone de cinco capítulos, cada uno con un estilo visual y narrativo diferente. La película inicia como un filme mudo en blanco y negro, antes de explotar en color y sonido, con claras referencias a clásicos como ‘El gabinete del doctor Caligari’ y ‘La dama de Shanghái’.
Para Bi Gan, esta obra es una declaración de amor al cine:
"Quería aportar una especie de apaciguamiento y confort, algo que todos necesitamos", dijo en la rueda de prensa en Cannes.
Yee Jackson y Shu Qi interpretan varios personajes sin conexión aparente entre capítulos, aunque con elementos comunes, como un misterioso monstruo que aparece al inicio y al final del filme.
“Hasta que no vi la película en Cannes, no sabía realmente lo que había hecho”, confesó Jackson, destacando lo impredecible del rodaje con Bi Gan, quien les daba nuevas instrucciones constantemente.
Shu Qi, por su parte, celebró la libertad que da el director:
“Permite al espectador construir su propia interpretación. Sería una pena llevarlo a una dirección fija”.
Bi Gan explicó que su visión parte del universo onírico:
“Los sueños son mi mundo. No tengo tiempo para viajar ni conocer el mundo. Así que mi trabajo es proporcionar películas a la gente”.
Con este cuarto largometraje, el director de Largo viaje hacia la noche da un salto audaz a la competencia oficial de Cannes. Mientras unos celebran su capacidad de innovación, otros critican la película por su falta de claridad y excesiva ambición.
Lo que nadie discute es que Resurrection no deja indiferente a nadie. ¿Estamos ante un nuevo clásico del cine experimental o un ejercicio fallido de pretensión artística? La Palma de Oro tiene la última palabra.