

La irrupción masiva de la inteligencia artificial (IA) en las plataformas digitales ha desatado una nueva ola de patrones adictivos y manipuladores en internet, según advierten expertos y organismos públicos. Este fenómeno afecta con mayor intensidad a niños y adolescentes, quienes representan la población más expuesta y vulnerable frente a una tecnología pensada para maximizar el tiempo de conexión.
La IA permite generar contenidos infinitos y personalizados en tiempo real, lo que aumenta el riesgo de que los usuarios caigan en dinámicas compulsivas. Desde redes sociales hasta videojuegos, los sistemas están diseñados para fomentar el ‘scroll infinito’, las reproducciones automáticas y las notificaciones constantes, creando entornos digitales casi imposibles de abandonar.
“Los adolescentes sienten que controlan el mundo desde su móvil, cuando en realidad es al revés”, afirma Sergio Rodríguez, consultor de la Agencia Ejecutiva Europea de Investigación (REA).
Rodríguez explica que los jóvenes de entre 12 y 21 años consumen información bajo un “marco planificadamente sesgado”, lleno de estímulos adictivos. Estas plataformas no solo capturan su atención, sino que afectan sus emociones, alteran hábitos saludables como el sueño y el estudio, y reducen sus interacciones sociales fuera de las pantallas.
El uso abusivo y sin filtro de la IA también tiene un impacto directo en la salud mental, como han constatado estudios recientes y organismos reguladores.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) alertó recientemente que muchas plataformas digitales incorporan características de diseño “engañosas y adictivas”, que además recogen datos personales de manera invasiva.
Un ejemplo es la acción de desbloquear el teléfono de forma inconsciente, considerada ya como síntoma de adicción digital, según la AEPD. La exposición prolongada a estos patrones omnipresentes puede generar estrés, ansiedad y trastornos del sueño, afectando gravemente el bienestar de los usuarios más jóvenes.
Entre las medidas para mitigar estos riesgos, expertos y entidades recomiendan:
Desactivar notificaciones y autocompletados.
Establecer límites de uso de pantalla.
Configurar conscientemente las apps.
Fomentar el ocio no digital.
Además, se insiste en una formación educativa crítica y creativa sobre el uso de tecnologías con IA, tanto en entornos escolares como familiares.
Rodríguez subraya que si bien Europa ha avanzado en materia de regulación, “la formación de los usuarios es aún una asignatura pendiente”. A su juicio, sin una alfabetización digital real, las personas seguirán siendo instrumentalizadas por algoritmos diseñados para eliminar su autonomía.