

¿Qué rostro tendría tu bisabuelo si no existiera ninguna foto suya? ¿Y si la Inteligencia Artificial pudiera ayudarte a imaginarlo? Esas preguntas atraviesan ‘Desembarco’, la innovadora exposición del fotógrafo uruguayo Federico Ruiz Santaesteban, que reconstruye rostros ficticios pero profundamente emocionales de ancestros inmigrantes que llegaron a Uruguay.
El proyecto, en exhibición en el Museo de las Migraciones de Montevideo, se vale de IA, técnicas fotográficas experimentales y elementos naturales como agua de mar y arena para revivir memorias de quienes cruzaron el océano en busca de un nuevo hogar.
La propuesta tiene un enfoque tan técnico como poético. Veinte familias colaboraron con imágenes deterioradas y relatos orales sobre sus antepasados, muchos de los cuales no dejaron registro visual por razones económicas o por el desgaste del tiempo.
“Tiene una dosis de memoria poética, con los ancestros que llegaron del mar y otros que se quedaron del otro lado del océano”, explica Ruiz a la agencia EFE.
La IA actúa como generador de negativos, partiendo de lo poco que queda: una imagen borrosa, un apellido, un relato contado en la sobremesa. Luego, esos negativos son intervenidos manualmente por el artista, que los combina con fragmentos narrativos familiares antes de ser revelados con agua de mar y arena. El resultado son retratos en blanco y negro que emergen literalmente desde la materia de las costas uruguayas.
A diferencia de otros proyectos que priorizan la fidelidad, ‘Desembarco’ no pretende exactitud, sino resonancia emocional. La ficción forma parte del proceso, tanto como las anécdotas transmitidas de generación en generación.
Y sin embargo, la coincidencia a veces sorprende. Ruiz relata el caso de un participante, descendiente de un ancestro charrúa, cuyo retrato generado por IA causó una reacción conmovedora:
“Le llevó el retrato a su hermano que lo conoció y se emocionó mucho porque dijo que era igual a como lo recordaba”.
Lejos del uso masivo e impersonal de la inteligencia artificial, ‘Desembarco’ plantea una reflexión desde el arte y la ecología. El propio Ruiz ha experimentado durante años con procesos fotográficos sustentables y de bajo costo, y esta exposición continúa esa línea ética.
En un contexto donde el impacto ambiental de la IA —por su consumo de agua y energía— genera creciente preocupación, el artista propone un uso introspectivo y reparador de la tecnología.
“La exposición es el opuesto del uso de la IA como sobregeneración de imágenes para no verse”, afirma Ruiz.
Por su parte, Luis Bergatta, director del Museo de las Migraciones, considera que el proyecto ofrece una contracara potente a los debates actuales sobre el papel de la tecnología.
“Se está usando para la reconstrucción de familias, de su propia identidad, inclusive la sanación de algunas personas”, destaca.
La muestra está abierta al público en el Museo de las Migraciones de Montevideo, con nuevas imágenes reveladas semanalmente. Cada rostro, construido con tecnología pero cargado de humanidad, representa una historia de migración, pérdida y reencuentro.