

La crisis económica en Bolivia ha empujado a comunidades enteras a retomar el bloqueo de carreteras como medida de presión ante la falta de alimentos, combustibles y dólares. Las rutas hacia Desaguadero, en la frontera con Perú, se han convertido en el epicentro de la protesta.
"No hay arroz, no hay azúcar, no hay aceite. Todo está caro", denuncia una vecina de Chuzamarca, donde se ha levantado uno de los principales puntos de bloqueo.
La situación ha provocado una parálisis del tránsito, afectando a comerciantes, estudiantes, transportistas y turistas atrapados entre Bolivia y Perú. Muchos se ven obligados a caminar kilómetros para continuar sus trayectos.
La carretera hacia Desaguadero es la más afectada: está totalmente bloqueada por piedras, alambres, montículos y palos, impidiendo el paso de vehículos y aislando a comunidades enteras.
Aunque se permitió temporalmente el paso de unas cien cisternas de combustible, la presión social volvió a cerrar la ruta en la madrugada. Los manifestantes advirtieron:
"No va a pasar ninguna cisterna más".
Los bloqueos, que se mantienen de forma indefinida, no responden a fines políticos, según los manifestantes, sino a la necesidad de presionar por soluciones ante el alza del costo de vida y la falta de respuesta del gobierno de Luis Arce.
"Esto no es por política. Es por la canasta familiar, la gasolina, los dólares. El presidente no se ha pronunciado", declaró un vecino en protesta a medios locales.
Bolivia sufre una grave crisis económica debido a:
Caída de exportaciones (gas natural y minerales)
Reducción de reservas internacionales
Falta de dólares y mercado negro cambiario
Devaluación del boliviano
Déficit fiscal elevado y deuda creciente
Altos subsidios insostenibles
Inestabilidad política y social
Todo esto ha derivado en escasez de productos, inflación y deterioro del poder adquisitivo, especialmente entre las familias más pobres, que hoy deben elegir entre comer una o dos veces al día.
El colapso del tránsito no solo afecta a los bolivianos: el comercio binacional con Perú se encuentra paralizado, los turistas están varados, y la tensión social crece ante la falta de soluciones concretas.
En zonas como América, la salida hacia la frontera, las imágenes muestran filas interminables de vehículos detenidos y personas buscando rutas alternas para continuar con sus actividades.