sábado 21 de junio de 2025 - Edición Nº354

Actualidad | 9 jun 2025

Murió Zoila Villanueva, la picantera más longeva de Arequipa

La legendaria cocinera de la Picantería Nieves falleció a los 90 años en Arequipa. Su legado de amor, comida y generosidad marcó a toda una generación. “¿Haz comido?”, era su frase de bienvenida a ricos y pobres por igual.


Zoila Villanueva, reconocida en 2021 como la picantera más longeva de Arequipa, falleció este sábado 8 de junio a los 90 años, dejando tras de sí no solo una historia de sabor y tradición, sino también un ejemplo de bondad, resistencia y sabiduría popular.

Su partida conmovió profundamente a la ciudad. Vecinos, autoridades y exalumnos de su cocina acudieron a su velorio en la Picantería Nieves, ubicada en el distrito de Jacobo Hunter, para despedirse de la mujer que convirtió el fogón y el batán en un altar del cariño.

Un fogón encendido por el amor

Nacida el 10 de junio de 1934 en Sachaca, Zoila creció viendo a su madre, Evarista, preparar alimentos tradicionales arequipeños en una picantería ubicada en la calle Grau. Desde pequeña ayudaba con la leña, y con los años transformó esa experiencia en arte.

Tuvo 11 hijos, a quienes crió sola tras el fallecimiento de su pareja. En medio de la escasez, siguió un consejo familiar: abrir su propia picantería. Con mesas de sillar, sillas de madera y nada de dinero, fundó lo que luego sería un ícono de la cocina popular de Arequipa.

Pero su cocina no solo sirvió platos, también sirvió esperanza. “¿Haz comido?”, preguntaba a todo el que se acercaba. Si la respuesta era no, ella misma cocinaba y servía sin pedir un sol a cambio.

Un corazón tan grande como su sazón

Tatiana Villavicencio, su hija y heredera del legado en la Picantería Nieves, contó que los últimos días fueron muy duros. El amor de Zoila por el fogón le pasó factura en la salud, y tras una semana hospitalizada, murió a dos días de cumplir 91 años.

Su despedida fue acompañada por autoridades, vecinos y personajes públicos, como el exalcalde Simón Balbuena Marroquín, quien recordó cómo Zoila repartía chicha y comida incluso al Ejército o al expresidente Alberto Fujimori, cuando estos llegaron a asfaltar la calle Nicaragua.

Una leyenda reconocida en vida

El cariño por ‘Mamá Zoilita’ fue inmenso. Su picantería recibió la visita de Gastón Acurio, uno de los embajadores de la gastronomía peruana, y fue objeto de múltiples homenajes por preservar la cocina ancestral arequipeña con fogón, barro y tradición viva.

Hasta sus últimos días, Zoila cocinó con amor. Alimentó a quien no tenía con qué pagar. Más que una cocinera, fue madre, maestra y alma de su comunidad.

Hoy Arequipa la despide con gratitud, entre cucharones y lágrimas.

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