

En los últimos años, mujeres de todo el mundo han reescrito la historia del deporte en terrenos tradicionalmente dominados por hombres. Desde ultramaratones hasta récords en levantamiento de pesas, sus hazañas desafían mitos de fragilidad y consolidan un nuevo paradigma: la fuerza también es femenina.
En 2023, Tara Dower recorrió más de 3.500 km en 40 días por el Appalachian Trail, marcando un récord absoluto. Y en 2024, Jasmin Paris se convirtió en la primera mujer en terminar la brutal Barkley Marathons (160 km) en menos de 60 horas, todo mientras mantenía la lactancia materna.
Para The Washington Post, estos logros representan más que hitos: son un “reseteo cultural” sobre lo que significa la fuerza en el cuerpo femenino.
Nuevas investigaciones revelan que las mujeres tienen ventajas naturales en resistencia, recuperación y longevidad. Según Sandra Hunter, fisióloga del ejercicio de la Universidad de Michigan, los músculos femeninos se fatigan más lentamente y son más eficientes energéticamente gracias a su preferencia por grasas de combustión lenta y a una mayor proporción de fibras de contracción lenta.
“Nuestros músculos hacen más con menos”, afirma Sophia Nimphius, vicerrectora de deportes en la Edith Cowan University.
Tolerancia al dolor: Estudios revelan que las atletas femeninas soportan más dolor y tienen mayor umbral.
Sistema inmunológico: Más fuerte, en parte gracias al estrógeno y doble cromosoma X.
Resiliencia cardiovascular: Las mujeres presentan un envejecimiento vascular más lento.
Longevidad: Las mujeres viven más y de forma más saludable, en casi todas las culturas.
La idea de la fragilidad femenina es un constructo moderno. Durante milenios, las mujeres realizaron tareas de gran esfuerzo físico, como recorrer miles de kilómetros criando hijos. No obstante, el 6% de los estudios deportivos se enfocan exclusivamente en cuerpos femeninos, una brecha que comienza a cerrarse.
Stacy Sims, fisióloga de Stanford, insiste en que es momento de reformular entrenamientos y tiempos de recuperación especialmente en mujeres mayores o posmenopáusicas, que demuestran una recuperación muscular más rápida gracias al estrógeno.
El futuro del deporte femenino se vislumbra brillante. Más investigaciones, mejores herramientas de entrenamiento y mayor visibilidad están llevando a una revolución en la comprensión del cuerpo de la mujer. La generación actual de atletas está marcando un antes y un después, no solo en récords, sino en la arquitectura misma del deporte de alto rendimiento.